La tragedia tocó a una familia de Queens cuando su bebé de apenas un mes, Kiyanna Winfield, fue hallada sin vida en su cuna con marcas de mordidas en el rostro.
Al principio, se creyó que había sido atacada por la cachorra pitbull de la familia, pero un informe forense reveló que la niña ya había fallecido antes del incidente.
Los padres, Lillian Burton y su pareja Christopher, explicaron entre lágrimas que la pequeña sufría problemas médicos, como un soplo en el corazón, y que la causa fue el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante.
“Nuestro bebé estaba vivo cuando nos fuimos a dormir”, dijo Christopher. Lillian negó categóricamente cualquier negligencia: “Cuido muy bien de mis hijos. Que digan que estaban desnutridos… no es cierto”.
Bella, la perrita de seis semanas, fue sacrificada antes de confirmarse que no causó la muerte. La familia, que fue desalojada de su departamento en Queensbridge Houses durante la investigación, ahora enfrenta la pérdida y el juicio social. “Solo pedimos que se sepa la verdad”, señalaron.
