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Heroica ciudad de Chihuahua, Chih. México
viernes 20 de junio del 2025.

Patrullas nuevas, abusos viejos y choferes entre dos fuegos

Ciudad Juárez estrenará más de 100 patrullas modelo 2025. Camionetas nuevas, flamantes, con pintura reluciente y quizá hasta olor a plástico recién desempacado. Y mientras se presume el gasto, muchos ciudadanos se preguntan si esos vehículos vienen con una cláusula de eficacia incluida o si solo son escenografía para aparentar control en una ciudad donde la percepción de seguridad sigue en números rojos.

Porque sí, las patrullas pueden ser nuevas, pero los problemas son los de siempre: extorsiones, impunidad, corrupción interna y una fuerza policiaca que inspira más miedo que confianza. En Juárez, los uniformes no garantizan ley y las camionetas no aseguran justicia. La inversión en seguridad no puede medirse en caballos de fuerza, sino en resultados tangibles: menos delitos, más detenciones legales, más confianza ciudadana. De nada sirve el parque vehicular más moderno si la ciudadanía sigue viendo a los policías como parte del problema y no de la solución.

Y hablando de problemas, cruzar la frontera se ha convertido en deporte extremo para los traileros. Si no son extorsionados por grupos criminales en territorio mexicano, ahora también deben lidiar con las amenazas racistas del lado estadounidense. Donald Trump, en su eterno retorno al discurso cavernícola, acaba de declarar que si los traileros no hablan inglés, se pueden ir diciendo “goodbye”. Otra muestra de que su política migratoria no busca resolver, sino humillar.

Lo que Trump no entiende —o finge no entender— es que el comercio binacional se sostiene, en buena medida, sobre los hombros de esos mismos conductores. Son ellos quienes, con largas jornadas y salarios mínimos, mantienen viva la maquinaria del intercambio comercial. Su castigo no solo sería injusto: sería suicida para la economía que él dice defender. Pero, claro, el discurso fácil siempre vende más que los datos.

Mientras tanto, en Juárez, esos mismos traileros están siendo estrangulados por otro frente: el de las extorsiones. Cobros ilegales para poder circular, amenazas constantes y una total ausencia del Estado donde más se necesita. ¿Y las autoridades? Con suerte, estrenando patrullas; con mala suerte, participando en la repartición de cuotas.


EPÍLOGO:

Así es la frontera: modernización para la foto, abandono para el fondo. Trailero que cruza, trailero que paga. Y si se queja, del lado gringo lo despiden y, del lado mexicano… lo silencian.

En resumen: tenemos patrullas nuevas, sí. Pero seguimos atrapados en los mismos viejos vicios. Y cada día que pasa sin una estrategia real de protección al transporte es otro día que perdemos no solo comercio, sino dignidad.

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