¿Daniela hizo bien su trabajo? Sólo el panismo y los resultados de las elecciones podrán determinarlo, pero varios grupos apuntan a que la dirigente del Comité Directivo Estatal del PAN, el pasado sábado no tenía preparadas ni las famosas listas con las que buscaban apoyar a los candidatos albiazules, no tenían “casas amigas” destinadas, ni a los operadores preparados, y los Secretarios y Directores de Estado y Municipio respectivamente se preguntaban, ¿y qué tuvieron listo desde la Zarco?
La elección de ayer dejó dos reflexiones, una, la falacia de que “el pueblo bueno exigía una elección para el Poder Judicial”, porque fue a votar un promedio del 10 por ciento de los mexicanos inscritos en el padrón electoral, y la segunda, que todos tenían las mismas oportunidades de ganar, cuando en realidad quienes podrán acceder al poder como jueces, magistrados y ministros, son única y estrictamente quienes trabajaron a la par con las estructuras partidistas: PAN, Morena, PRI y MC.
Regresando al primer punto, no debería olvidar Daniela Álvarez que fue nombrada para operar las estructuras y elecciones del PAN, y no el camino hacia una candidatura personal. Ese es un comentario que está empezando a generalizarse de nuevo entre los Secretarios del Estado y los Directores de Municipio. ¿O será acaso que como ya faltan “tan solo” dos años y medio para que culmine la administración panista, ahora se trata de agarrarse y sálvese quien pueda?
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Para no dejar pasar, dentro del mismo partido ya levantaron la voz quienes aspiran a ser candidatos a la Alcaldía por Ciudad Juárez y buscan una reunión de amigos face to face con la Gobernadora Maru Campos Galván, y confirmar si es cierto que el gallo por la Presidencia Municipal es efecto Sergio Nevárez, y de ser así, bajar la cabeza y amortiguar el suspiro.
Entre algunos están Raúl García y Austria Galindo, ellos y otros más, quienes ante la ola de especulaciones quieren saber si el proyecto se enfoca en Nevárez para trabajar en conjunto, aunque consideran que tener a un candidato oficialista casi tres años antes resulta conflictivo, ya que no les darán la oportunidad a los demás de poner las cartas sobre la mesa.
Raúl y Austria tienen las mismas aspiraciones, pero no saben si están dentro del cuadro de posibilidades, y esto ya trae también a las estructuras de Juárez inquietas. Incluso mandan señales casi para preguntar, ¿qué no era Loya el bueno?
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Sea usted quien dé la mejor opinión. El expresidente municipal de Parral, Alfredo “El Caballo” Lozoya, dijo: “Que pague en vida lo que hizo. Voy a asegurarme de que todo el peso de la ley se ejerza. Por la memoria de la maestra Lucero, no permitiré que quede impune” y “ofrezco una recompensa económica para el ciudadano que capture o me dé información para dar con el presunto feminicida de la maestra Lucero. No me quedaré de brazos cruzados, vamos a atraparlo. Por la memoria de la maestra, por su familia, por cada mujer de Parral que pide justicia, lo vamos a capturar. Ayúdenme a compartir y difundir”.
En tanto que al actual alcalde parralense dijo “nada”, así, lisa y llanamente. Chava Calderón no ha podido enrocar con eso de la gobernanza. Sus asesores lo van a llevar al despeñadero, en el que ya está enfilado a tan solo unos meses de haber iniciado su mandato, y que no ha podido consolidar un proyecto, no a tres, sino a seis años. Qué dura es la realidad, entre el querer ser y el poder ser, en el momento que se debe.
La comparación por sí sola es nefasta, pero la exigencia y el reclamo de los parralenses lo supera. Pedían un cambio, sin darse cuenta que tal vez estaban mejor cuando estaban naranjas. Expectativas muy altas traen consigo desilusiones de la misma medida. Cambios en todo el gabinete, enroques, y a la fecha Chava tiene un gran problema: no es no saber gobernar, tal vez eso lo hace muy bien, pero demostrado quedó que no sabe comunicar, aunque esa no debería ser una de sus preocupaciones, pero tampoco sus asesores o comunicadores.
A más de cuatro años que se fue El Caballo Lozoya, los parralenses lo piden de nuevo en las boletas. Ese es uno de los peores efectos que puede causar en un alcalde en funciones, pero pesa más la responsabilidad sobre quienes lo colocaron sin tener en cuenta la ecuación de expectativa-realidad.
