La Casa Blanca salió al paso de las crecientes críticas contra el megaproyecto presupuestario impulsado por el presidente Donald Trump, luego de que la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO) advirtiera que el plan podría incrementar el déficit fiscal en 2.4 billones de dólares para 2034.
Elon Musk, excolaborador cercano de Trump y expresidente de la Comisión DOGE, rompió públicamente con la administración al calificar la propuesta como una “abominación repugnante”. En redes sociales, el magnate exigió detener la aprobación del plan y acusó a Trump de contradecir sus propias promesas de disciplina fiscal.
Funcionarios como Russ Vought, jefe de la Oficina de Gestión y Presupuesto, defendieron el paquete legislativo argumentando que el crecimiento económico proyectado compensará cualquier impacto negativo. A su vez, Stephen Miller desestimó los señalamientos de la CBO tildándolos de “izquierdistas”.
Pese a haber sido aprobado por un solo voto en la Cámara de Representantes, el megaproyecto enfrenta resistencia en el Senado, donde legisladores republicanos advierten que el elevado costo político y fiscal podría afectar la estabilidad del partido rumbo a las elecciones de 2026.
