Autoridades mexicanas capturaron a 12 ciudadanos colombianos -entre ellos nueve exmilitares- presuntamente vinculados con un ataque con mina antipersonal que causó la muerte de ocho soldados en Michoacán. Omar García Harfuch, titular de Seguridad Ciudadana, reveló que los detenidos habrían sido reclutados por cárteles mexicanos por su experiencia en tácticas militares y manejo de explosivos.
El operativo evidenció la peligrosa evolución del crimen organizado en México, que ahora incorpora mercenarios extranjeros con entrenamiento castrense para fortalecer sus capacidades operativas. Los investigados estarían vinculados al Cártel Jalisco Nueva Generación y La Familia Michoacana, grupos que han incrementado el uso de artefactos explosivos sofisticados en sus ataques.
Este caso marca un preocupante precedente al tratarse del primer ataque con minas antipersonal atribuido al narcotráfico mexicano. Las autoridades confirmaron que los exmilitares colombianos utilizaron conocimientos adquiridos en conflictos armados para fabricar y detonar los artefactos que acabaron con la vida de los militares.
El gobierno mexicano anunció medidas urgentes para contener esta nueva amenaza, incluyendo mayor cooperación con Colombia para rastrear redes de reclutamiento de mercenarios. Los detenidos enfrentarán cargos por terrorismo, homicidio calificado y delincuencia organizada, en un proceso judicial que se espera sentará precedentes.
Analistas de seguridad alertan sobre la creciente militarización de los cárteles, que ahora operan con tácticas propias de grupos insurgentes. El ataque en Michoacán representa un salto cualitativo en la violencia del crimen organizado, con implicaciones graves para la seguridad nacional y la estrategia de combate al narcotráfico.