Los comerciantes en pequeño del municipio atraviesan una etapa crítica, marcada por el incremento constante de los precios y una creciente inseguridad. Aunque estos problemas no son nuevos, este año los afectados los expresan con mayor urgencia y preocupación. A diferencia de otros años, la llamada “cuesta de enero” no terminó con la estabilización de precios. Por el contrario, los productos continúan subiendo, lo que impacta directamente en las ventas de las tienditas de barrio.
La inflación está provocando que los consumidores compren menos y que, ante los primeros aumentos, desconfíen de los comerciantes, creyendo que estos subieron los precios por su cuenta. Solo después de recorrer otras tiendas, los clientes se dan cuenta de que el alza es generalizada. Sin embargo, para ese momento ya ha pasado una o dos semanas de baja en ventas, lo que genera una afectación directa al ingreso de los pequeños negocios.
A esta situación económica se suma un grave problema de seguridad. Una encuesta reciente realizada por la cámara local arrojó que el 15% de los pequeños comerciantes ha sido víctima de un asalto en los últimos seis meses. Con una estimación de más de 30 mil pequeños negocios en el municipio, este porcentaje representa a unos 4,500 comercios afectados, lo cual evidencia una situación alarmante.
Los comerciantes expresan que “no hayan la puerta” ante esta doble problemática. Aunque han buscado acercamiento con las autoridades de Seguridad Pública y han sido atendidos, persiste el temor y la frustración. Si bien se han planteado propuestas para mejorar las condiciones de seguridad, los robos y asaltos no han disminuido de manera perceptible.
En este contexto, los comerciantes continúan operando con incertidumbre y preocupación. Entre el aumento de los costos, la baja en las ventas y el riesgo de ser asaltados, muchos sienten que su situación empeora sin que se logren soluciones efectivas. La exigencia es clara: se necesita atención inmediata y acciones contundentes para evitar el cierre de más negocios y la pérdida de fuentes de ingreso esenciales para miles de familias.
Los comerciantes en pequeño del municipio atraviesan una etapa crítica, marcada por el incremento constante de los precios y una creciente inseguridad. Aunque estos problemas no son nuevos, este año los afectados los expresan con mayor urgencia y preocupación. A diferencia de otros años, la llamada “cuesta de enero” no terminó con la estabilización de precios. Por el contrario, los productos continúan subiendo, lo que impacta directamente en las ventas de las tienditas de barrio.
La inflación está provocando que los consumidores compren menos y que, ante los primeros aumentos, desconfíen de los comerciantes, creyendo que estos subieron los precios por su cuenta. Solo después de recorrer otras tiendas, los clientes se dan cuenta de que el alza es generalizada. Sin embargo, para ese momento ya ha pasado una o dos semanas de baja en ventas, lo que genera una afectación directa al ingreso de los pequeños negocios.
A esta situación económica se suma un grave problema de seguridad. Una encuesta reciente realizada por la cámara local arrojó que el 15% de los pequeños comerciantes ha sido víctima de un asalto en los últimos seis meses. Con una estimación de más de 30 mil pequeños negocios en el municipio, este porcentaje representa a unos 4,500 comercios afectados, lo cual evidencia una situación alarmante.
Los comerciantes expresan que “no hayan la puerta” ante esta doble problemática. Aunque han buscado acercamiento con las autoridades de Seguridad Pública y han sido atendidos, persiste el temor y la frustración. Si bien se han planteado propuestas para mejorar las condiciones de seguridad, los robos y asaltos no han disminuido de manera perceptible.
En este contexto, los comerciantes continúan operando con incertidumbre y preocupación. Entre el aumento de los costos, la baja en las ventas y el riesgo de ser asaltados, muchos sienten que su situación empeora sin que se logren soluciones efectivas. La exigencia es clara: se necesita atención inmediata y acciones contundentes para evitar el cierre de más negocios y la pérdida de fuentes de ingreso esenciales para miles de familias.