CHIHUAHUA, CHIHUAHUA. Enrique Naranjo Mena, un hombre que reside bajo un puente en la ciudad de Chihuahua, se ha vuelto el protagonista de una historia de interés humano que conmovió las redes sociales y movilizó a la comunidad y a diversas autoridades. Su situación se viralizó tras una publicación en redes, generando cientos de comentarios y reacciones, y provocando la intervención del DIF Municipal y la Coordinación de Medio Ambiente y Protección Animal.
Al ser visitado en su hogar improvisado por En Blanco y Negro, Enrique Naranjo expresó su gratitud por el apoyo recibido. “Es mi hogar y ahorita que llegué, pues encontré una bolsa con papel higiénico, jabón, ropa, croquetas para mis perros, comida para mí. Se los agradezco mucho”, comentó. Describió que asociaciones, como “Patitas Felices CUU”, y ciudadanos particulares, incluida una chihuahuense, han acudido a ofrecer ayuda. Incluso personal del municipio ha vacunado a sus perros y el DIF lo ha visitado. Sin embargo, Enrique sostiene que puede quedarse donde quiera “mientras no ande siendo malo, mientras no deba uno nada, pues nada tengo”.
Enrique Naranjo, quien se dedica a la obra como albañil y detallista, explicó que su trabajo es eventual. Cuando tiene empleo, alquila un cuarto; cuando no, enfrenta dificultades para pagar una renta. “Yo tengo mi familia, pero a mí me gusta ser independiente”, afirmó. Sus mascotas, dos perros llamados “Orio” y “El Grande” (un gran danés y un pitbull atigrado), son su compañía y parte de su familia. Los adoptó cuando eran cachorros, pues “andaban en la calle”, y los considera su “compañía más bien, aparte de mi padrecito Dios”.
Vivir bajo el puente presenta desafíos significativos. Enrique relata incidentes donde ha sido agredido con pedradas o golpes por otras personas. “Es difícil porque hay una cosa que de repente esté acostado o que venga otra gente y que lo agarre hasta pedradas o que le den un golpe”, señaló. Sus perros actúan como sistema de alerta: “ellos lo sienten y pues yo ya hasta corro”. Ha tenido que huir en varias ocasiones, incluso bajo la noche, perdiendo sus pocas pertenencias debido a que han quemado su espacio. “Salvar su vida, no importa que vaya hasta entre espinas, si lo que quiere es salvar”, expresó sobre esas experiencias.
Recientemente, Enrique Naranjo estuvo trabajando en una obra en el Nuevo Vizcaya, cerca del Tecnológico de Monterrey, construyendo casas. Respecto a su estado de salud, se observan lesiones en su ojo y nariz, las cuales atribuye a una caída. Aunque le ofrecieron ayuda médica, él declinó, diciendo “así está bien”.
Enrique Naranjo tiene cuatro hijas y catorce nietos. Es originario de Durango, pero ha vivido en Chihuahua desde los nueve años. Sus hijas lo visitan ocasionalmente, y él prefiere que ellas estén con sus propias familias. Al reflexionar sobre su vida, nunca imaginó vivir en esta situación. La separación de su esposa lo llevó a esta circunstancia.
Un consejo que Enrique ofrece a las generaciones más jóvenes es la importancia del trabajo: “que le echen ganas y que esto no lo lleva a uno a ningún lado, verdad, que uno, por ejemplo, el trabajo es lo que lo hace uno valer, donde quiera que esté. Porque si no tiene trabajo, pues no. Va a batallar”.
Enrique expresó un deseo final: “yo sí quisiera que alguien tuviera, pues un terrenito, no le hace que ahí se los iría pagando yo poco a poco. Porque es un terrenito, verdad. Un terrenito. Un pie de casa”.
Para aquellos interesados en contactar y apoyar a Enrique Naranjo, se ha proporcionado el siguiente número telefónico: 614-281-2150.
