H. Cd. de Chihuahua. — El desfile militar impulsado por el presidente Donald Trump recorrió las calles del centro de Washington el sábado, en medio de un fuerte despliegue de seguridad, disturbios sociales y una creciente polarización política. A pesar de la majestuosidad de tanques, artillería y miles de soldados, el evento fue eclipsado por manifestaciones masivas en todo el país y un trágico asesinato político en Minnesota.
Desde tempranas horas, miles de ciudadanos salieron a las calles de ciudades como Nueva York, Los Ángeles, Chicago y Washington para manifestarse en contra de la agenda política, migratoria y económica del presidente. Las protestas, muchas organizadas bajo el lema No Kings Day, coincidieron con el cumpleaños número 79 de Trump y representaron una de las mayores expresiones de oposición desde su regreso al poder en enero. El asesinato de una legisladora demócrata en Minnesota, atribuido a un agresor motivado políticamente, intensificó el malestar y la preocupación en el ambiente nacional.
En Washington, el desfile fue recibido por cientos de manifestantes en las cercanías de la Casa Blanca. Veteranos de guerra e inmigrantes hispanos lideraron protestas pacíficas en el parque Lafayette, coreando consignas como “Trump Must Go”. La situación se tornó tensa cuando un pequeño grupo de simpatizantes del movimiento MAGA intentó confrontar a los manifestantes, obligando a la intervención del Servicio Secreto. Activistas hispanos aprovecharon el momento para alzar la voz contra la separación de familias migrantes y los abusos hacia la comunidad latina.
Mientras tanto, el desfile militar avanzaba por la histórica Constitution Avenue. Desde una tribuna blindada, el presidente observaba el paso de vehículos militares como los tanques M1 Abrams y piezas de artillería pesada, en un espectáculo inusual en Estados Unidos. A pesar del entusiasmo de algunos seguidores, como Bryan Henrie, quien defendió el evento como símbolo de “seguridad y estabilidad”, críticos lo calificaron de despilfarro autoritario. El costo estimado del evento oscila entre 25 y 45 millones de dólares, según funcionarios militares.
Las manifestaciones se replicaron a lo largo del país. En Los Ángeles, marines custodiaban edificios federales tras enfrentamientos recientes con civiles. En Nueva York y Chicago, miles se congregaron bajo la lluvia con pancartas y cánticos, contando con la presencia de figuras como el actor Mark Ruffalo. “Alguien tiene que demostrar que la mayoría de los estadounidenses están en contra de esto”, dijo un joven manifestante. En definitiva, el aniversario militar, en lugar de unir, evidenció aún más las profundas divisiones que enfrenta Estados Unidos.