H. Cd de Chihuahua.- El periodista saudí Turki Al-Jasser, arrestado en 2018 por presuntos cargos de terrorismo y traición, fue ejecutado este sábado, tras la confirmación de su sentencia de muerte por la corte superior del reino. Activistas y organizaciones de derechos humanos aseguran que los cargos fueron infundados y respondían a su labor crítica hacia la monarquía.
Al-Jasser, de poco más de 40 años, fue detenido luego de que las autoridades irrumpieran en su domicilio y confiscaran sus dispositivos electrónicos. Según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), se le vinculó con una cuenta en X (antes Twitter) que publicaba denuncias de corrupción contra la familia real saudí.
¿Y qué tan lejos estamos nosotros de algo así?
Si se permite que personas con un cargo agredan, humillen y sancionen a alguien únicamente por ejercer su labor, una que busca dar a conocer distintos hechos desde diversas perspectivas, fuentes y testigos.
No hay que olvidar los casos más recientes, como el del abogado Carlos Velásquez de León, quien ofreció una disculpa pública al presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, después de que este lo denunciara por supuesta agresión física y verbal. Incluso se levantó una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR).
Y es que al menos fueron cinco periodistas los asesinados en México durante el año 2024, dato que mantiene al país como uno de los más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo, según registros actualizados hasta el 12 de febrero de 2025.
Lo único que nos separa de un régimen como el saudí es la pena de muerte, porque incluso en México ya se ha sentenciado a periodistas a varios años de prisión por su trabajo.