Bogotá.– Colombia continúa sumida en la conmoción tras el intento de asesinato del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, ocurrido el pasado sábado durante un acto público en el occidente de Bogotá. En medio de un mitin improvisado en un parque, un adolescente se acercó por la espalda al político y le disparó varias veces en la cabeza, dejándolo gravemente herido. El agresor, que fue detenido tras una breve persecución, resultó ser un menor de 14 años.
Las autoridades revelaron que el atacante, ahora hospitalizado bajo custodia, participaba en programas sociales del gobierno, como “Jóvenes en paz”, destinados a alejar a jóvenes de entornos violentos. Sin embargo, según la fiscal general Luz Adriana Camargo, el menor presentaba una personalidad conflictiva y habría sido reclutado como sicario a sueldo, siendo el ejecutor material de un posible atentado orquestado por terceros.
El joven vivía en condiciones vulnerables en el barrio Villas de Alcalá, al occidente de la capital, y no contaba con una red de apoyo familiar sólida: su madre falleció y su padre se encuentra en el extranjero, supuestamente en Polonia como voluntario en la guerra de Ucrania. De acuerdo con versiones oficiales, había sido contactado por el Instituto Distrital para la Protección de la Niñez (Idipron) para integrarse a programas de rehabilitación, pero abandonó el proceso tras dos meses sin asistencia.
La captura se produjo minutos después del atentado, cuando el menor intentó huir, pero fue alcanzado por disparos en la pierna. En un video grabado por testigos, se le escucha declarar: “Lo hice por plata, por mi familia”, y ofrecer información sobre los supuestos autores intelectuales del ataque. La policía ha iniciado operativos en zonas de microtráfico en el barrio del atacante, donde existen indicios de que pudo haber sido contactado por bandas criminales.
La Fiscalía ha imputado al menor por tentativa de homicidio y porte ilegal de armas, mientras el país debate la efectividad de los programas gubernamentales y la creciente participación de menores en hechos de violencia. La salud del senador Uribe Turbay continúa siendo crítica, mientras la sociedad colombiana exige respuestas y acciones contundentes ante un hecho que ha encendido las alarmas a nivel nacional.
