En la plenaria del Grupo de los Siete (G7), la presidenta Claudia Sheinbaum propuso la celebración de una Cumbre por el Bienestar Económico. Este evento, según su planteamiento, convocaría a los países miembros del G7, las naciones invitadas de este año, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), así como a otras naciones interesadas.
Ante los jefes de Estado de las principales potencias económicas a nivel mundial, la mandataria mexicana destacó que el propósito de esta propuesta es fortalecer una cooperación efectiva para el desarrollo, así como un comercio justo y recíproco, sentando las bases para una paz duradera. Esta iniciativa busca un enfoque global para abordar las desigualdades económicas.
“Todos los ciudadanos, de todos los países, deben tener la posibilidad de una vida con bienestar, y aunque parezca un sueño, es posible. Esto significaría avanzar hacia una comunidad internacional más equitativa, pacífica y sostenible”, resaltó la presidenta. En su intervención, enfatizó que “el bienestar económico y la cooperación para el desarrollo son actos de responsabilidad compartida de todas las naciones”.
Sheinbaum Pardo agregó que “en un mundo marcado por interdependencias, ningún país puede aislarse y prosperar a costa del sacrificio ajeno. Apostar por la cooperación, es en última instancia, apostar por un futuro común, basado en la justicia”. La propuesta de la mandataria ya había sido adelantada por este medio, que publicó que Sheinbaum llevaría el concepto de bienestar, pilar de la cuarta transformación, ante el G7 con el objetivo central de combatir la pobreza.
En este marco, la presidenta Sheinbaum Pardo resaltó que es fundamental reconocer a las personas y familias que han migrado por necesidad, destacando su significativa contribución a la economía de los países que los reciben.
Por ello, hizo una mención especial a los mexicanos que residen en Estados Unidos, a quienes calificó como personas trabajadoras y honestas, que “han construido su vida con dignidad, cumplen con las leyes, son de esfuerzo y dedicación, pagan impuestos, asumen responsabilidades y no merecen discriminación, sino respeto y reconocimiento”. La presidenta enfatizó que el fin último es que las personas tengan empleo bien remunerado y acceso a una vida digna en sus lugares de origen.
Finalmente, la presidenta de México instó a que el G7 no sea únicamente una reunión de potencias, sino un espacio de responsabilidad compartida, afirmando que “el poder no se mide solo por lo que se tiene, sino por lo que se hace con él”. Resaltó que asistió a la cumbre como representante de un pueblo digno y orgulloso que ama su historia y su cultura, y que se ha caracterizado por ser promotor de la paz, el desarme y el respeto a la soberanía de los pueblos.
Citando a Benito Juárez García, la presidenta añadió: “entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”. Concluyó su llamado a las grandes naciones a construir en vez de destruir, y a trabajar con firmeza por la paz, aludiendo a la situación internacional. Subrayó que “la paz no consiste únicamente en la ausencia de guerra, también implica la presencia de justicia, comercio justo, oportunidades, cooperación para el desarrollo y respeto a los derechos humanos”.