Ciudad Juárez vuelve a arder. No metafóricamente, ahora si: literalmente. El centro de confinamiento de llantas se incendió otra vez, como cada maldito verano. Y como cada año, no hay responsables, no hay prevención, no hay estrategia. Solo humo, llamas y promesas que se desintegran igual que los neumáticos bajo el fuego. ¿Dónde están los planes de contingencia? ¿Dónde está la autoridad que se anticipe al desastre? Parece que en Juárez las emergencias se programan por calendario y la incapacidad se recicla, igual que las llantas que nunca se reciclan.
Y es que mire, las autoridades actúan como si fuera un fenómeno meteorológico inesperado. Y no lo es. Cada verano, el mismo incendio, la misma emergencia, las mismas excusas. Repetimos: ¿Dónde está el plan preventivo? ¿O es que en Juárez los desastres ecológicos ya son política de Estado? Mientras tanto, la ciudad sigue respirando el humo de la negligencia institucional.
Y como si el infierno no fuera suficiente en el aire, también arde el suelo… pero en forma de cuotas. Los parqueros en la ciudad se han convertido en una nueva mafia del cobro de piso. Se reportó que en el Gimnasio del Colegio de Bachilleres exigían 50 pesos por estacionarse, sin vigilancia, sin orden, sin autoridad. Sólo el cobro por el cobro y ni se le ocurra decir que no trae tanto porque la andan amenazando, de que no se responsabilizan… como si pasando algo se responsabilizaran.
Y así en decenas de eventos, conciertos, la Feria Juárez, los partidos de los Bravos y hasta en zonas comerciales donde estos parqueros aparecen, extienden la mano y luego se esfuman como si fueran dueños de la banqueta, de la calle y de la ciudad. Ni cuidan, ni responden, ni rinden cuentas. Solo cobran. ¿Y el municipio? Bien, gracias.
Cabe señalar que no son trabajadores informales: son una red de cobro de piso disfrazada de servicio. No cuidan, no protegen, solo extorsionan a quien ose ocupar “su” espacio público. En verdad ¿Dónde están las autoridades? Ausentes, como siempre, mientras la ciudad se llena de pequeños señores feudales del asfalto.
Para cerrar el día, la fractura entre Canaco Juárez y la Concanaco nacional se hace oficial. El organismo local por voz de Iván Pérez anunció una pausa en su relación institucional con el presidente nacional del organismo, argumentando falta de diálogo, decisiones unilaterales y una centralización que aplasta la voz regional. Más allá de lo corporativo, esta ruptura deja ver cómo los liderazgos empresariales también viven su propio sismo político, cansados de cúpulas sordas y decisiones tomadas desde la lejanía. Juárez exige ser escuchado, no solo en lo económico, también en lo institucional.
Y aunque suene a pleito gremial, es síntoma de algo más grave: el descontento de una ciudad abandonada por las grandes estructuras de poder. Juárez ya no confía en discursos nacionales; quiere soluciones locales. La pregunta es: ¿quién está realmente del lado de los empresarios juarenses?
EPÍLOGO; Aquí se incendia todo: el suelo, el aire, los liderazgos. Y lo único que no se quema, es la indiferencia.
Llantas que arden sin control, calles tomadas por mafias de “parqueros”, y empresarios que ya no creen en nadie. Juárez no necesita más diagnósticos: necesita autoridades que dejen de fingir sorpresa ante problemas que llevan años creciendo. ¿O acaso también esto lo van a dejar en manos del “ahí se va” como acostumbran?