H. Cd. de Chih. – Este año se espera la llegada de más de tres mil jornaleros agrícolas a la región de Jiménez, el doble de los que arribaron en 2024, para participar en la cosecha de cebolla. Según datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), este incremento responde al crecimiento del 20% en la superficie sembrada, que alcanzó las 440 hectáreas, gracias a que el cultivo logró resistir la sequía con agua de pozos y mantos acuíferos.
La región agrícola de Río Florido —que abarca los municipios de Jiménez, López y Coronado— se ha consolidado como uno de los principales productores de cebolla del estado, con un promedio anual de 35 mil toneladas. Este año, la expectativa de cosecha es mayor, por lo que la contratación de jornaleros, muchos de ellos provenientes de la Sierra Tarahumara y del sur del país, ha aumentado significativamente.
Los jornaleros, algunos acompañados de sus familias, trabajan jornadas que superan las diez horas bajo temperaturas extremas, propias del clima desértico de la región. A pesar del desgaste físico, el trabajo representa una fuente vital de ingreso para cientos de familias que buscan el sustento. El pago diario oscila entre los 300 y 400 pesos, dependiendo del rendimiento en la cosecha.
Como parte del apoyo a esta población trabajadora, el Gobierno Municipal de Jiménez mantiene operativo un albergue exclusivo para jornaleros rarámuri, donde se les proporciona hospedaje, alimentación y servicios básicos por un bajo costo. Además, se ofrece educación básica para los hijos de los jornaleros, permitiendo que los menores no interrumpan sus estudios mientras sus padres laboran en el campo.
El comisionado regional de la Sader, Roberto Baca, indicó que las labores de cosecha continuarán hasta agosto, y que ya han llegado al menos dos mil jornaleros, principalmente para la recolección de cebolla temprana. El producto final será empacado y distribuido en mercados nacionales e internacionales, posicionando a Jiménez como un referente en la producción agrícola del país.
