Tras 57 años de impunidad, Ryland Headley, de 92 años y originario de Ipswich, fue condenado a cadena perpetua con un mínimo de 20 años sin libertad condicional. La condena se dio por la violación y asesinato de Louisa Dunne, de 75 años, ocurrido en su domicilio en Britannia Road, Bristol, en 1967. Se trata del caso sin resolver más antiguo de la historia moderna de la policía británica.
Louisa Jane Dunne vivía sola en Easton, Bristol. Era viuda y madre de dos hijas. El 28 de junio de 1967, un vecino la halló sin vida en su salón. El informe forense determinó que la estrangularon y asfixiaron después de violarla.
En la escena del crimen, se recuperó una huella de palma en una ventana trasera, que posiblemente se usó para forzar el ingreso, y restos biológicos en la falda de la víctima. A pesar de recolectar alrededor de 19 mil huellas dactilares de hombres en pueblos cercanos, no hubo coincidencias en ese momento.
El caso permaneció archivado hasta que, en 2023, un equipo de crímenes no resueltos de la policía de Avon y Somerset reabrió la investigación. Se reanalizó la falda de Dunne, y se logró aislar un perfil de ADN. Luego, al comparar esa muestra con el ADN de la base nacional —recogida de Headley tras un arresto en 2012—, se confirmó la coincidencia. Además, se comparó la huella de la palma con el ADN ya añadido, confirmando que correspondía a Ryland Headley.
Tras el crimen de 1967, Headley emigró a Ipswich. en 1977, lo condenaron por violar a dos mujeres mayores, de 79 y 84 años, en un modus operandi similar: irrumpir en casas y cometer agresiones sexuales. aunque se le impuso cadena perpetua, la pena se redujo a 7 años, de los cuales cumplió aproximadamente 2. estos delitos se introdujeron como “evidencia de carácter desfavorable” en el juicio por el asesinato de Dunne, gracias a la excepción procesal que permite mostrar patrones similares. Los testimonios se leyeron en la corte.
El juicio se celebró en junio de 2025 en el Bristol Crown Court. El jurado declaró a Headley culpable por unanimidad en la violación y por mayoría en el asesinato, tras solo dos semanas de deliberaciones. El 1 de julio de 2025, el juez Derek Sweeting impuso cadena perpetua con un mínimo de 20 años. Él enfatizó que Headley “nunca saldrá de prisión”.
La sentencia se basó en la legislación vigente en 1967, con ajustes bajo el régimen actual. Se descontaron 223 días por tiempo cumplido, fijando el mínimo en 19 años y 142 días. Sin embargo, dada su edad, no existió posibilidad real de libertad. Mary Dainton, nieta de Dunne, declaró que su abuela fue una figura muy querida, y que la impunidad prolongada del agresor de 1967 generó en su madre y tía un trauma persistente y enfermedad. “el hecho de que el delincuente no fue detenido causó que mi madre se enfermara y siguió muy enferma”, dijo. El detective inspector Dave Marchant resaltó la fuerza del testimonio de las víctimas de 1977 y pidió no bajar la guardia. “crímenes de esta magnitud no deben quedar impunes…”, expresó.