H. Cd de Chihuahua.-Los vendedores ambulantes del Metro de la Ciudad de México ya forman parte del paisaje urbano, pero ahora algunos han llevado su mercancía un paso más allá: venden medicamentos, incluso algunos que requieren receta o son de uso controlado.
Antibióticos, analgésicos, antigripales y hasta ansiolíticos se ofrecen en vagones y pasillos, sin supervisión alguna. “¡Todo nuevo y sellado!”, gritan, como si se tratara de audífonos o dulces.
Esta situación refleja tanto la creatividad del comercio informal como un problema grave de salud pública, especialmente ante el desabasto en instituciones como el IMSS.
Expertos advierten que la venta sin control de estos fármacos puede derivar en automedicación peligrosa, reacciones adversas o abuso de sustancias.