H. Cd. de Chihuahua.- Aunque en la última década México ha logrado una reducción en su tasa de embarazo adolescente, el país aún registra 60 nacimientos por cada mil mujeres de entre 15 y 19 años, cifra que lo coloca al nivel de naciones como Colombia, Senegal y Afganistán, y muy por encima de países latinoamericanos con condiciones socioeconómicas similares como Chile, Argentina y Brasil, según los datos más recientes del Banco Mundial y del INEGI que reportó 101,147 casos en 2023.
Expertas en salud y educación señalan que el embarazo en adolescentes representa un freno en su desarrollo personal, educativo y profesional, pues muchas veces se ven obligadas a dejar la escuela por presión social o falta de apoyo institucional. Gabriela Rivera, oficial de Salud Sexual y Reproductiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), explicó que la falta de acceso a servicios de cuidado infantil impide a muchas jóvenes continuar sus estudios, al tener que asumir solas las responsabilidades del trabajo de cuidados.
Aunque existen programas como la Beca para Madres Jóvenes y Jóvenes Embarazadas, y el Programa para el Bienestar de Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras, los apoyos siguen siendo insuficientes. Gabriela Rodríguez Ramírez, secretaria técnica del Conapo, destacó la necesidad de más bachilleratos cercanos, educación sexual integral y un sistema de cuidados más accesible como parte de una estrategia interinstitucional para prevenir y atender esta problemática.
Ana Gómez Gallardo, directora de operaciones de Enseña por México, advirtió que detrás de muchos embarazos adolescentes hay dinámicas de violencia, abuso y desigualdad de poder, donde incluso el acceso a la información no es suficiente si las jóvenes no pueden ejercer sus derechos. “No basta con saber cómo prevenir el embarazo, si están inmersas en contextos donde no se les permite decidir sobre su cuerpo”, señaló.
