Kamchatka, Rusia – Un terremoto de magnitud preliminar ocho punto siete estremeció la península de Kamchatka, Rusia, a las ocho horas con veinticuatro minutos hora local. El epicentro se ubicó a ciento veintiséis kilómetros al sureste de Petropavlovsk-Kamchatsky, con una profundidad de dieciocho punto dos kilómetros, según datos actualizados del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), que ajustó su magnitud inicial de ocho punto cero a ocho punto siete.
El sismo activó inmediatamente alertas de tsunami en diversas regiones del Pacífico. Ahora, medios internacionales reportan que un tsunami está golpeando las costas de Kamchatka, en Rusia, confirmando el impacto de las olas. Según la agencia estatal rusa TASS, en la región de Yelizovsky se observaron olas de hasta cuatro metros. Las autoridades respondieron con evacuaciones preventivas, especialmente en áreas costeras como la isla de Sajalín, situada al suroeste del epicentro, para proteger a la población.
La Agencia Meteorológica de Japón emitió rápidamente una advertencia de tsunami para gran parte de sus costas del Pacífico, incluyendo regiones densamente pobladas como Hokkaido, Honshu, Shikoku, Kyushu y Okinawa. Las olas podrían alcanzar hasta tres metros, y las autoridades recomendaron a los residentes trasladarse a zonas elevadas, instando a la precaución.
En Estados Unidos, el Centro Nacional de Alerta de Tsunamis activó medidas de vigilancia para Hawái y emitió un aviso para las costas de California, Oregón, Washington y las Islas Aleutianas en Alaska, extendiendo la alerta a diversas zonas costeras. Pese a la magnitud del evento, las primeras evaluaciones en Kamchatka indican que no se han reportado víctimas fatales ni daños estructurales graves, aunque sí se registraron cortes de energía y fallos en la red de telefonía móvil en Petropavlovsk-Kamchatsky, afectando las comunicaciones.
Kamchatka, parte del llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, es una zona de alta actividad sísmica, donde la placa del Pacífico se subduce bajo la placa de Ojotsk. Las autoridades locales y regionales mantienen el monitoreo activo mientras continúa la evaluación de daños y riesgos residuales, en un esfuerzo por garantizar la seguridad de los habitantes y la infraestructura.
