Guarapari, Brasil – Una mujer de cincuenta y siete años asesinó de una puñalada en el pecho a su yerno, luego de presenciar cómo este golpeaba brutalmente a su hija, quien cargaba a un bebé de apenas ocho meses en brazos. El hecho, que ha generado una ola de reacciones en redes sociales, ocurrió a plena luz del día en el barrio de Muquicaba, ubicado en la Región Metropolitana de Vitória, el pasado domingo veintisiete de julio.
El agresor fue identificado como Felipe Catanio de Araujo, de treinta y dos años, quien llegó al domicilio a bordo de una bicicleta de reparto, armado con un bóxer metálico y con actitud hostil. La cámara de seguridad registró su presencia desde temprana hora, amenazando a su expareja y exigiendo retomar una relación que ella ya había terminado, mostrando un patrón de acoso.
Según testigos, la mujer salió con su hijo en brazos para pedirle que se retirara. Sin embargo, Felipe la golpeó en el brazo con el bóxer, dejándole una herida que requirió puntos de sutura. Fue entonces cuando su madre intervino con un cuchillo de cocina, primero ponchando la llanta de la bicicleta del agresor, pero recibió una patada en el rostro que la derribó. Al reincorporarse, la mujer siguió al hombre, quien inicialmente se marchaba, pero al verla se devolvió para continuar la discusión. En ese momento, la suegra le clavó el cuchillo en el pecho. El hombre se tambaleó y cayó unos diez metros adelante, cubierto de sangre, lo que puso fin a la agresión.
“Ella reaccionó a una agresión que había ocurrido y que seguiría ocurriendo. Si no hacía eso, hoy quien estaría muerta sería la hija, el nieto o ella”, afirmó Lucas Neto, abogado defensor de la mujer, en entrevista con O Globo, defendiendo la legítima defensa de su clienta.
La agresora, cuya identidad fue reservada, se presentó de forma voluntaria ante la Policía Civil, donde testificó por más de seis horas y fue posteriormente puesta en libertad, bajo el argumento de legítima defensa. Lucas Neto aseguró que su clienta nunca había cometido un delito y que su acción fue desesperada, motivada por el temor de que su familia fuera asesinada.
Felipe había trabajado como vendedor y repartidor por aplicación, y se había comprometido con la joven madre el veintiuno de julio de dos mil veintidós. Sin embargo, su historial mostraba antecedentes de violencia y encarcelamiento: fue arrestado en noviembre de dos mil veintidós, pero fue liberado poco tiempo después.
A pesar del compromiso, Felipe no dejó de agredir a su pareja, incluso en presencia del hijo de ambos. En este caso, las amenazas se materializaron, y fue la intervención de una madre lo que evitó una tragedia mayor. El cuerpo de Felipe fue trasladado al Instituto Médico Legal (IML) para la autopsia correspondiente, mientras que el caso ha reavivado el debate sobre la violencia de género y la defensa familiar en Brasil.
Un caso que divide opiniones. Mientras algunos sectores han respaldado la liberación de la mujer, calificándola de “heroína”, otros exigen que se investigue el hecho con rigurosidad. El tema se ha vuelto viral en redes sociales con etiquetas como #JustiçaParaEla y #LegítimaDefesa, donde miles de usuarios defienden el derecho a la protección familiar frente a agresores reincidentes.
