H. Cd. De Chihuahua.- La adolescencia es una etapa clave en la vida y apesar de que muchos de nuestros hijos sienten que pueden tomar desiciones adecuadas, el cerebro termina de desarrollarse y madurar entre los 25 y 30 años. Esta fase de transición está llena de cambios físicos, emocionales, sociales y mentales. Del mismo modo, también es una ventana de oportunidad única para formar hábitos que determinarán la salud futura de nuestros hijos.
Lamentablemente, muchos adolescentes en nuestra sociedad, y hablando especificamente de la ciudad de Chihuahua enfrentan una realidad complicada: la tasa de suicidio más alta a nivel nacional, aislaminto social, exposición a drogas, falta de motivación para realizar actividades artísticas y deportivas, por lo que cómo padre no podemos girar la cabeza y fingir que no pasa nada.
La evidencia científica es clara: la actividad física regular en la adolescencia tiene un impacto profundo y positivo en múltiples dimensiones de la salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2020) recomienda que adolescentes realicen al menos 60 minutos diarios de actividad física aeróbica de intensidad moderada a vigorosa, y que al menos tres veces por semana se incluyan actividades para fortalecer músculos y huesos. Pero más allá del cuerpo, el movimiento también fortalece la mente y poco a poco se van creando estos hábitos saludables que perdurarán para toda la vida, y que traerá beneficios permanentes.
Diversos estudios han demostrado que los adolescentes físicamente activos presentan menos síntomas de depresión y ansiedad, toman mejores decisiones, muestran un mejor rendimiento escolar y desarrollan habilidades sociales más sanas. Recfordemos que somos el reflejo de con quien nos rodeamos. La participación en deportes o actividades grupales, por ejemplo, fomenta el trabajo en equipo, la disciplina, la autoestima y el sentido de pertenencia, factores clave para prevenir conductas de riesgo como el consumo de drogas o la violencia.
Por eso, como madres, padres o tutores, debemos estar atentos y ser guías activos, no solo controlar tareas o redes sociales. Ahora, toca realizarnos la siguiente pregunta: ¿Soy un ejemplo activo para mi hijo?, ¿estoy fomentando el deporte como parte de su vida cotidiana?, ¿lo acompaño o solo le doy órdenes?, Recordemos que las palabras llegan, pero el ejemplo arrastra.
Un adolescente con un círculo social saludable, amistades buenas, que practica deporte y tiene confianza en sí mismo, es menos vulnerable a entornos destructivos. Por lo que en ciudades donde enfrentamos serios retos sociales, apostar por adolescentes activos es apostar por una comunidad más fuerte, más sana y con menores problemas que impactan en la salud física y mental.
Cuidar su salud no es solo llevarlos al médico. Es hablar con ellos, escucharlos, darles consejos y no solo regaños y por supuesto ser ejemplo de una buena persona donde destaquemos por nuestras acciones. La prevención comienza en casa, y la salud física, mental y social, también se entrena.
Te amo hijo y estoy orgullosa de ti!
¿Te interesa conocer más? Estas son las referencias consultadas para el desarrollo del texto
El cerebro de los adolescentes: 7 cosas que usted debe saber:
https://www.nimh.nih.gov/health/publications/espanol/el-cerebro-de-los-adolescentes-7-cosas
Gobierno del Estado de Chihuahua. 2022. Plan Estatal de Desarrollo Chihuahua 2022-2027. Chihuahua: Ediciones de Gobierno del Estado.
https://www.congresochihuahua2.gob.mx/biblioteca/iniciativas/archivosIniciativas/17946.pdf
Hacer deporte es vital para las juventudes: https://www.gob.mx/imjuve/articulos/hacer-deporte-es-vital-para-las-juventudes