Esta frontera, siempre al filo de la navaja, nos ofrece un nuevo espectáculo de promesas vacĂas, empleos que se evaporan y un servidor pĂşblico que, aunque trabaja, no puede escapar del eterno drama de las bardas parlanchinas. AbrĂłchense los cinturones, que este recorrido viene con curvas.
Primero, Juárez amaneció con un nuevo comité Binacional para “agilizar” los cruces internacionales, una idea que suena tan bonita como escuchar tu música favorita, pero que huele a puro espejismo. Según las autoridades, este grupo de mentes brillantes –con representantes de México y Estados Unidos– va a “generar estrategias” para que las filas en los puentes no parezcan una peregrinación eterna. ¡Qué novedad!
Otro anuncio de buenas intenciones, de mesas de trabajo, de “colaboración mutua”, de esas frases tan sobadas que ya ni provocan bostezo. Lo curioso no es que se sigan organizando estos comités, sino que nunca, nunca, llegan con soluciones reales.
ÂżDĂłnde están los senadores de la RepĂşblica que deberĂan estar encima de este tema? Porque no es un tema menor. Los tiempos de cruce afectan la economĂa local, los precios de la canasta, el turismo, la maquila, el comercio… todo. Y, aun asĂ, nuestros legisladores federales siguen como si nada, cĂłmodos tuiteando en X y resolviendo el mundo desde esa red social, sin tocar la frontera más que para tomarse la foto cuando se requiere. Vamos viendo este nuevo comitĂ©, pero ojalá sirva de algo más que para emitir comunicados y simular trabajo.
Y mientras los comitĂ©s se forman y los senadores duermen, la economĂa local recibe otro derechazo directo en la cara, mientras el edil sigue afiliando gente para su partido.
En julio, Juárez perdió más de 850 empleos en la industria maquiladora, un sector que, se supone, es la columna vertebral de la ciudad. Empresas como Lear, LaCroix y Marelli –o lo que queda de ellas– están de salida, y otras simplemente se declaran en bancarrota, dejando a los trabajadores con una patada en el orgullo y sin liquidación.
ÂżQuĂ© dice Index? Que no hay que preocuparse, que el “dinamismo” de Juárez atraerá más inversiĂłn. Claro, porque nada grita “estabilidad” como una ciudad donde las maquilas cierran más rápido que un puesto de tacos en lunes. El gobierno estatal promete un “repunte” para fin de año, pero con aranceles gringos apretando y un T-MEC que parece más un yugo que una protecciĂłn, uno se pregunta si este dinamismo no es más que un eufemismo para “sálvese quien pueda”. Los trabajadores, mientras tanto, vuelven a las ferias de empleo, donde las vacantes son tan abundantes como los vialetones de las ciclovĂas inĂştiles y tan prometedoras como un boleto de loterĂa.
La maquila, que alguna vez fue sinĂłnimo de prosperidad, hoy parece tener más fugas que proyectos. La maquiladora Sanmina se va y se llevĂł consigo 850 empleos, sumándose a la larga lista de empresas que llegaron, explotaron y abandonaron la ciudad. El cuento de siempre: “No era rentable”, “Las condiciones cambiaron”, y los trabajadores, otra vez, pagando los platos rotos. ÂżHasta cuándo entenderán que el modelo maquilador es pan para hoy y hambre para mañana? Juárez necesita diversificaciĂłn econĂłmica YA, porque si seguimos asĂ, pronto solo quedará el cascarĂłn de lo que alguna vez fue una ciudad industrial.
Y en medio de este panorama complicado, vale la pena reconocer cuando un funcionario rompe la regla de la apatĂa. Sergio Nevárez, director de la J+, dio la cara tras aparecer pintas polĂticas con su nombre en la ciudad. En tiempos no electorales, no es menor que alguien tenga la decencia de responder y aclarar. Dijo lo que tenĂa que decir: que no sabe quiĂ©n las hizo y que, si su partido se lo pidiera, estarĂa dispuesto a sacrificar su tiempo libre para servir a su pueblo. ÂżQuĂ© más podĂa contestar?
Hay que reconocerlo: Sergio Nevárez es de los pocos servidores pĂşblicos que parece mover ficha. Mientras otros se pierden en discursos vacĂos, Ă©l al menos se le ve en la calle, atendiendo problemas reales.
Pero, ¡cuidado, Sergio! Una barda pintada con tu nombre ha decidido que eres el prĂłximo mesĂas de la alcaldĂa por el blanquiazul, pero los tiempos electorales están más lejos que un fin de semana sin balazos. En Juárez, las bardas no mienten, pero tampoco son discretas. Si vas a contender, hazlo con estilo y no con el clásico “yo no fui” que ya nadie se cree.
Ojala que este servidor público no se convierta en más de lo mismo. Si de verdad quiere servir, que siga trabajando… pero sin juegos sucios.