Izamal, Yucatán – La empresa que controla el Tren Maya informó que este martes, a las trece horas con cuarenta y ocho minutos, el tren 304 que viajaba de Cancún a Mérida sufrió un percance cuando llevó a cabo la maniobra para el cambio de vía en la estación Izamal. Aunque las autoridades destacaron que el incidente se presentó a cincuenta metros de la estación, algunos videos compartidos por usuarios apuntan que el tren que permanecía dentro del andén también fue alcanzado.
Las autoridades afirman que de inmediato se activaron los protocolos de emergencia y ningún usuario resultó herido. Agregaron que los viajeros fueron trasladados a la ciudad de Mérida en autobuses de la propia empresa, por lo que los pasajeros terminaron el recorrido de casi setenta kilómetros hasta la capital yucateca a bordo de autobuses. La empresa Tren Maya destacó que el servicio se mantiene en funciones en el resto de estaciones, es decir, a partir de Mérida hacia el estado de Campeche, por lo que el incidente solo afectó la circulación en el tramo Cancún-Mérida.
El descarrilamiento de un vagón del Tren Maya en la estación de Izamal ha puesto de nuevo en el centro del debate este proyecto ferroviario en el sureste de México. El convoy accidentado cubría la ruta entre Cancún y Mérida, dos polos turísticos y económicos de la región, cuando sufrió lo que el comunicado oficial describió como “un percance de vía” al ingresar a baja velocidad en los andenes de Izamal.
La empresa militar responsable del tren anunció la apertura de una investigación para esclarecer las causas del incidente y aseguró que el servicio continuaba con normalidad en el resto de la red. El Tren Maya, que conecta los principales destinos turísticos de la península de Yucatán a lo largo de mil quinientos kilómetros, representa una de las obras emblemáticas del sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
La magnitud de la inversión, que supera los treinta mil millones de dólares, ha sido motivo de controversia desde el inicio del proyecto. Diversos sectores han cuestionado la rentabilidad del tren y, sobre todo, el impacto ambiental de su construcción, que ha modificado ecosistemas sensibles en la región. Además, la decisión de encomendar tanto la construcción como la operación del tren, así como la edificación de estaciones y hoteles aledaños, al Ejército, ha generado inquietud por la ausencia de mecanismos efectivos de rendición de cuentas en la gestión militar.
El descarrilamiento en Izamal se suma a una serie de desafíos que enfrenta el Tren Maya, un proyecto que, pese a su envergadura y promesas de desarrollo regional, sigue bajo el escrutinio público por su impacto ambiental y su viabilidad económica.