¡Ya estamos hartos!
El lamentable caso de Danna Muñoz es un espejo que refleja la indolencia de nuestras autoridades y la pasividad de una sociedad que parece acostumbrada al dolor ajeno.
¡Ya estamos hartos!
De la simulación oficial que se esconde en trámites y excusas, mientras la justicia se diluye entre la negligencia y la corrupción.
¡Ya estamos hartos!
Pero no todo es responsabilidad de las autoridades. También como sociedad con nuestra indiferencia, el morbo y la falta de solidaridad nos hemos convertido en espectadores pasivos de nuestra propia tragedia colectiva.
¡Ya estamos hartos!
Danna no es un caso aislado: es un recordatorio de que cualquiera puede ser la prĂłxima vĂctima si seguimos tolerando la normalizaciĂłn de la violencia y la desidia institucional, de nada sirve indignarnos un dĂa en redes sociales y olvidarlo hasta el siguiente hecho delictivo.
¡Ya estamos hartos!