Lo que brilla son todas esas dependencias de gobierno federal, estatal o municipal que presumen tener âpuertas abiertasâ para escuchar las quejas y necesidades de los ciudadanos⌠puertas que, por cierto, todos sabemos son giratorias.
Lo que huele es que cuando marcas a los nĂşmeros oficiales, te pasean de una oficina a otra como pelota de ping pong, hasta que ya ni recuerdas cuĂĄl era tu problema, pero ellos sĂ se aseguran de colgarte con una sonrisa burocrĂĄtica.
Y lo que apesta es que, en la mayorĂa de los casos, los problemas se quedan archivados en alguna carpeta polvosa, porque la especialidad de la casa es dar vueltas⌠pero jamĂĄs soluciones.