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26 de agosto 2025

Quien es “El Mayo” Zambada uno de los fundadores del Cartel de Sinaloa

“Lo buscan por todos lados y el hombre no está ni escondido”, dice un famoso corrido de Los Tucanes de Tijuana en honor a Ismael “El Mayo” Zambada. Durante décadas, la frase pareció resumir la vida del narcotraficante sinaloense, quien logró evadir a las autoridades mexicanas y estadounidenses durante más de medio siglo. Sin embargo, este lunes, el mito se derrumbó: el capo de 77 años se declaró culpable de narcotráfico en una corte federal de Nueva York.

Zambada, capturado en julio de 2024 en México y extraditado posteriormente a Estados Unidos, admitió haber dirigido durante décadas una red internacional de tráfico de cocaína, marihuana, metanfetaminas y fentanilo, además de confesar que sobornó a policías, militares y políticos en su país para mantener intacto su imperio criminal.

El juez Brian Cogan —el mismo que sentenció a Joaquín “El Chapo” Guzmán en 2019— fijó para el 13 de enero de 2026 la audiencia donde se dictará la sentencia definitiva. Todo apunta a que “El Mayo” pasará el resto de su vida en prisión y deberá pagar una multa histórica de 15 mil millones de dólares en decomisos y reparaciones.

La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, calificó la admisión de culpabilidad como una “victoria histórica” en la lucha contra el narcotráfico, señalando que el proceso sienta un precedente en la rendición de cuentas de quienes durante décadas parecían intocables.

El ascenso de un capo discreto

Ismael Mario Zambada García nació el 1 de enero de 1948 en El Álamo, una pequeña comunidad rural de Culiacán, Sinaloa. A diferencia de otros líderes del narcotráfico que apostaron por la ostentación y la violencia desmedida, Zambada construyó su imperio desde la sombra.

Inició en la siembra de marihuana y opio en las sierras sinaloenses a los 16 años. Su habilidad para operar sin ser visto, delegando funciones y manteniendo un perfil bajo, lo convirtió en el “hombre invisible” del narcotráfico mexicano.

Durante más de 50 años burló a las autoridades, superando operativos, recompensas millonarias y persecuciones que acabaron con otros capos. Mientras que figuras como “El Chapo” Guzmán acaparaban titulares y protagonizaban fugas espectaculares, “El Mayo” cultivaba una red de sobornos, pactos y lealtades que le permitieron mantenerse como el verdadero estratega del Cártel de Sinaloa.

Tras la caída de Miguel Ángel Félix Gallardo en los años 90 y la muerte de Amado Carrillo Fuentes en 1997, Zambada se consolidó como líder indiscutible del narcotráfico. En sociedad con Guzmán Loera, fortaleció al Cártel de Sinaloa hasta convertirlo en la organización criminal más poderosa del mundo.

Mientras “El Chapo” era el rostro mediático, Zambada operaba como un líder conciliador, capaz de mediar entre facciones rivales, pactar treguas y expandir el negocio a más de 40 países. Su estilo pragmático lo mantuvo vivo y en la cima, incluso cuando otros capos caían en guerras intestinas o a manos de la justicia.

La detención de Zambada el 25 de julio de 2024 marcó un antes y un después. El operativo, llevado a cabo con la cooperación de agencias estadounidenses, provocó horas de violencia en Sinaloa: bloqueos carreteros, enfrentamientos y ataques contra instalaciones de seguridad.

La noticia de su arresto puso fin al mito del capo intocable. En los corridos se cantaba que “nadie lo había logrado detener”, pero la realidad alcanzó al último gran líder del narcotráfico mexicano.

El pasado lunes, “El Mayo” cerró su historia criminal con una confesión sin precedentes: reconoció haber corrompido a funcionarios en todos los niveles de gobierno en México. También aceptó la pérdida de su fortuna multimillonaria.

Su sentencia inminente no solo representa el fin de la carrera del narcotraficante más longevo y escurridizo del país, sino que plantea nuevas interrogantes sobre el futuro del Cártel de Sinaloa. Con “El Chapo” condenado a cadena perpetua y “El Mayo” al borde de la misma suerte, la organización criminal enfrenta un reacomodo interno en el que los llamados “Chapitos” y otras facciones disputan el liderazgo.

La leyenda cultural de “El Mayo” seguramente sobrevivirá en corridos, mitos y anécdotas populares. Pero el hombre que durante medio siglo fue símbolo de poder e impunidad ya no podrá jactarse de lo que alguna vez se cantó con orgullo: que nunca había sido arrestado.

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