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Heroica ciudad de Chihuahua, Chih. México
4 de septiembre 2025

Juárez: caprichos lingüísticos, puentes que prometen y un aeropuerto que despega

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Empecemos por el otro lado del Río Bravo, donde Donald Trump, fiel a su estilo de showman impredecible, amenaza con recortar fondos federales a estados como California, Washington y Nuevo México si no aplican reglas estrictas de inglés para camioneros. Según la orden ejecutiva de junio, los conductores de tráilers deben demostrar dominio del idioma para leer señales de tráfico y comunicarse con la policía, todo en nombre de la “seguridad vial”.

El secretario de Transporte, Sean Duffy, lo deja claro: “Se trata de mantener a las personas seguras en la carretera”, citando un accidente fatal en Florida donde un conductor indio, Harjinder Singh –quien entró ilegalmente desde México en 2018–, no entendió las instrucciones en inglés. Los estados afectados podrían perder millones: 33 para California, 10.5 para Washington y 7 para Nuevo México, si no depuran a los no angloparlantes en 30 días.

Ahora, analicemos las repercusiones para Juárez, donde 3,500 tráilers cruzan diariamente las garitas como Puente Libre e Ysleta, cargados de mercancía que mantiene viva la economía maquiladora. Esta política no es solo un capricho gringo; podría crear un cuello de botella masivo en la frontera. Imaginen: camioneros mexicanos, que manejan el 40% del flujo transfronterizo, detenidos por no pasar un test de inglés básico.

El T-MEC, ese acuerdo que ya tiembla con aranceles, se complicaría aún más, encareciendo envíos y afectando exportaciones por 75 mil millones de dólares anuales desde Juárez. Y la inversión que se requeriría para capacitar a miles de transportistas en inglés –cursos, exámenes, certificaciones– sería astronómica: ¿quién paga? ¿El gobierno mexicano, con presupuestos ya estirados? ¿Las empresas, que ya huyen por “altos salarios”? Sería un caos logístico, con demoras que conviertan las garitas en estacionamientos eternos, impactando desde los precios de los tacos hasta la competitividad de las maquilas.

Trump vende seguridad, pero en la frontera, esto huele a proteccionismo disfrazado, recordándonos que, mientras Sheinbaum negocia treguas, el vecino naranja siempre tiene una sorpresa bajo la manga. ¿Repercusiones? Un golpe económico que podría costar miles de empleos en Juárez, si no se resuelve con diplomacia rápida.

Y hablando de ideas que suenan brillantes pero terminan en desastre, el edil juarense nos regala otra joya: un puente proyectado en el cruce del eje vial Juan Gabriel y bulevar Zaragoza, para aliviar el tráfico en esa zona infernal. El alcalde Cruz Pérez Cuéllar, con su optimismo eterno, anuncia que el municipio tiene el dinero listo, solo necesita el permiso de Grupo México Transportes (ex Ferromex) por las vías férreas y un empujón del estado, ya que su presupuesto es “pequeño” comparado con el de Chihuahua.

En teoría, no es una idea loca: un puente elevaría el flujo vehicular, reduciendo congestiones en un eje clave donde los autos y los trenes se pelean el espacio como en una telenovela. Podría agilizar el transporte diario, beneficiando a miles de juarenses que pierden horas en el caos vial. Pero, ¡ay, Juárez!, viendo los últimos “éxitos” de la administración, uno no puede evitar el sarcasmo.

¿Recuerdan la obra en Blvd. Independencia y Talamás Camandari? Lo que prometía ser una mejora se convirtió en un entorpecimiento eterno, con cierres que convirtieron avenidas en laberintos y tráfico que fluye peor que agua en alcantarillado colapsado. Y si optan por un paso a desnivel, ¡cuidado! En esta ciudad, terminan siendo vasos de absorción perfectos durante las lluvias: inundaciones que convierten calles en ríos, como ha pasado una y otra vez, menos en el multimodal de Av. Las Torres, que el gobierno estatal construyó con cabeza y no con prisas electorales.

¿Qué garantiza que este puente no siga el mismo patrón? Recursos hay, dice el alcalde, pero ¿experiencia en ejecución? Cero. Esas “ideas locas” de gobernantes bienintencionados pero torpes suelen costar más en reparaciones que en construcción, dejando a los ciudadanos atascados mientras los políticos posan para la foto. Ojalá este proyecto sea la excepción, pero con el historial, apuesto a que veremos más promesas que concreto.

Por suerte, no todo es amenaza y tráfico en esta frontera. La gobernadora Maru Campos inauguró la nueva terminal y remodelación del ambulatorio en el Aeropuerto Internacional de Ciudad Juárez, con una inversión de más de 800 millones de pesos por parte del Grupo Aeroportuario Centro Norte (OMA). ¡Qué alivio, por fin algo que vuela alto!
La estación cuenta con fachada renovada, áreas comerciales ampliadas y salas de espera más cómodas, fortaleciendo la conectividad que Juárez tanto necesita como líder en exportaciones a EE.UU. –75 mil millones de dólares al año en automotriz, aeroespacial y electrónico–.

Campos Galván lo dijo claro: “Estas mejoras generan certeza para el sector productivo y turístico”, con apoyo estatal en paz laboral y seguridad jurídica. Con el alcalde Pérez Cuéllar, el cónsul de México en El Paso y empresarios presentes, esto es un paso real hacia una ciudad más competitiva.

En un Juárez de garitas atascadas y obras fallidas, un aeropuerto modernizado es un bálsamo: más vuelos, más turistas, más empleos. ¡Bien por Maru, que al menos en el aire las cosas despegan!

Juárez, hoy nos das un mix de preocupaciones y triunfos: Trump nos recuerda que la frontera es un polvorín, los puentes suenan a más de lo mismo y el aeropuerto nos da alas. Que las repercusiones de las reglas lingüísticas no nos ahoguen, que las ideas viales no terminen en inundaciones y que esta inauguración sea el inicio de un Juárez que vuele alto. Por ahora, seguimos navegando el caos con sarcasmo y esperanza.

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