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Heroica ciudad de Chihuahua, Chih. México
1 de septiembre 2025

Vendió un país que no existía y casi nadie lo detuvo

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H. Cd. de Chihuahua.- En la década de 1820, el militar y aventurero escocés Gregor MacGregor llevó a cabo una de las estafas más asombrosas del siglo XIX: inventó un país llamado Poyais y convenció a cientos de europeos de invertir en él y hasta emigrar. Bajo la promesa de un paraíso tropical lleno de riqueza, oportunidades y una flamante capital, logró vender tierras inexistentes y bonos falsos, generando un fraude que, según estimaciones actuales, habría alcanzado más de mil millones de dólares.

Para dar verosimilitud al engaño, MacGregor orquestó una campaña meticulosa desde Londres. Publicó una guía oficial de 355 páginas, diseñó billetes y bonos, falsificó documentos de Estado e incluso inventó un himno nacional. El supuesto país era descrito como un lugar de suelos fértiles, oro en los ríos y habitantes pacíficos. Sin embargo, cuando los colonos llegaron a la costa de Centroamérica, se toparon con la cruda realidad: una tierra inhóspita, sin ciudades, cultivos ni riquezas. La tragedia fue inevitable: cerca del 80% de ellos murió en pocos meses a causa de enfermedades y condiciones extremas.

Lejos de asumir responsabilidades, MacGregor culpó a supuestos socios y huyó de Gran Bretaña. Intentó replicar el fraude en Francia y, aunque fue detenido, sus conexiones lo salvaron de la cárcel. Increíblemente, continuó explotando su invento bajo el nombre de “Territorio de Mosquitia” hasta 1837, cuando finalmente abandonó la estafa. Terminó sus días en Venezuela, donde fue recibido con honores por sus antiguos compañeros de armas. El caso de Poyais sigue siendo un ejemplo histórico de cómo la manipulación psicológica y la confianza mal dirigida pueden convertir la mentira en un imperio.

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