En Ciudad Juárez, donde la historia se escribe con tinta de esfuerzo y sombras de descuido, hoy brilla una noticia que merece un aplauso sincero: José Eduardo Borunda Escobedo ha sido elegido como el nuevo cronista de la ciudad, un rol que lo posiciona como guardián de nuestra narrativa colectiva.
El Dr. Borunda es un periodista y académico experimentado, con décadas documentando los altibajos de la frontera, representa un puente entre el pasado tumultuoso y un futuro que necesita voces auténticas. En una ciudad que ha visto desde ejecuciones hasta operativos contra la trata, Borunda no solo registrará hechos; inspirará a generaciones a entender su identidad.
Sin duda alguna sabemos que será una figura importante para resguardar la memoria, los relatos y la identidad de una ciudad que vive tan acelerada que a veces parece olvidar de dónde viene. El cronista no es solo un guardián de anécdotas, sino un intérprete del alma colectiva.
¡Bienvenido, cronista! Que su pluma capture la resiliencia de Juárez con la precisión que merecemos. Además de que siempre tenga la paciencia para narrar una historia que no siempre es fácil de contar.
Pasemos ahora a un capítulo de tragicomedia juarense: el hallazgo en el CERESO de un juego que simula escapar de la policía. Uno pensaría que los videojuegos están para distraer, En los módulos 1 y 2, estos tableros caseros contaban con personajes de superhéroes como Iron Man, Capitán América, Thor y Hulk, ideales para pasar el rato… o fantasear con evasiones creativas.
Pero en un penal de máxima seguridad el asunto toma tintes de guion barato de Netflix. ¿Quién autorizó su entrada? ¿Cómo llegó ahí? Preguntas obvias que nunca obtienen respuesta. Tal vez la idea era “reinsertar socialmente” a los internos, pero con un entrenamiento bastante peculiar: practicar su próxima fuga desde la comodidad de una consola. El sarcasmo se escribe solo.
El vocero de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, Jorge Armendáriz, lo explicó con seriedad: estas revisiones buscan orden, gobernabilidad y reinserción positiva. Claro, porque en un penal donde la reinserción es el lema, un juego de poleana con superhéroes huyendo de la ley es justo lo que necesita el ambiente. ¿Quién necesita rehabilitación cuando puedes planear fugas en miniatura? Al menos, los internos muestran ingenio; ojalá las autoridades lo usen para algo más que decomisos.
Y hablando de ingenio oficial, el alcalde Cruz Pérez Cuéllar celebró la autorización de Semarnat para dar el Grito de Independencia en la plaza de la Megabandera, un permiso que llegó con la condición de no dañar el sitio en El Chamizal, propiedad municipal.
El edil lo pintó como un triunfo sin complicaciones, listo para ondear la bandera gigante mientras la ciudad celebra. Qué conveniente que, en medio de ausencias acumuladas y una violencia que no da tregua, el foco caiga en un evento que promete luces y aplausos. Porque nada dice “gestión integral” como un permiso ambiental para una fiesta patriótica, mientras los baches y las desapariciones siguen sin resolverse. Juárez, al menos, tendrá un grito que resuene alto… o eso espera el alcalde.