Cientos de estudiantes de la Normal Rural “Ricardo Flores Magón” de Saucillo marcharon este viernes en la ciudad de Chihuahua para conmemorar el 11º aniversario de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, ocurrida la noche del 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.
El contingente partió desde la Glorieta de Pancho Villa y recorrió la Avenida Universidad, coreando consignas de exigencia de justicia, hasta llegar al Palacio de Gobierno. Ahí, los jóvenes realizaron un mitin en el que recordaron que, a más de una década de la tragedia, el caso sigue sin resolverse por completo, lo que mantiene en la incertidumbre a las familias de las víctimas.
Durante su intervención, representantes de los estudiantes señalaron que la desaparición de los 43 normalistas es un símbolo de la impunidad en México y que su recuerdo debe seguir presente hasta que exista verdad y justicia. Manifestaron también su solidaridad con las madres y padres que, año con año, mantienen la búsqueda de sus hijos, a pesar de la falta de resultados concluyentes por parte de las autoridades.
Tras la concentración, los manifestantes rodearon la Plaza Hidalgo y avanzaron por las calles Vicente Guerrero y Libertad, para culminar en la Plaza de Armas, donde llevaron a cabo un evento cultural en memoria de los desaparecidos, con la lectura de pronunciamientos, música y mantas con los rostros de los 43 jóvenes.
La movilización en Chihuahua formó parte de las diversas protestas y actos conmemorativos realizados en todo el país, desde Guerrero hasta la Ciudad de México, donde miles de personas volvieron a salir a las calles en un esfuerzo por mantener viva la exigencia de que el Estado esclarezca plenamente lo ocurrido y castigue a los responsables materiales e intelectuales.
El caso Ayotzinapa, considerado uno de los episodios más dolorosos y emblemáticos de violencia contra estudiantes en México, cumple 11 años sin que se hayan resuelto las dudas centrales: dónde están los 43 normalistas y quiénes participaron en su desaparición. Para los manifestantes, la lucha seguirá hasta que la respuesta a esas preguntas deje de ser una deuda pendiente del Estado mexicano.