Justo en la antesala de la visita de Ebrard, que vendrá a supervisar los polos de desarrollo en Santa Teresa –donde Foxconn reina con su imperio de ensamblaje–, estalla el escándalo del transporte que deja a miles de empleados varados como náufragos en un mar de polvo.
Star Soluciones en Transporte, la empresa encargada, culpa directamente a Foxconn por no renovar el contrato desde el 24 de abril de 2024 y por un adeudo que hace que el servicio se suspenda de forma intermitente, como si fuera un juego de luces en un antro. “No se suspendió el servicio en su totalidad para no afectar a los cientos de empleados que ahí trabajan y son los menos responsables del mal manejo de las finanzas y la coordinación del transporte de esa empresa”, soltaron desde Star, con la frialdad de quien lava las manos mientras los trabajadores caminan kilómetros o pagan de su bolsillo para llegar a sus turnos.
Qué visión tan miope: en una zona industrial que presume miles de empleos en una zona que se presume como polo de desarrollo, siendo el principal bastión del plan México basado en impulso de la economía local, dejar a los empleados a pie no es un detalle logístico; es un sabotaje al ritmo de la frontera. Foxconn, con su silencio ensordecedor, parece pensar que los contratos se renuevan solos, pero en Juárez, donde las maquilas son el pulso económico, un transporte fallido es como cortar las venas de la productividad.
¿Y Ebrard? Que su visita no sea solo fotos en Santa Teresa; que exija contratos firmes y transporte que no deje a la gente tirada como equipaje olvidado.
Y mientras Santa Teresa lidia con sus dramas viales, la industria maquiladora entera se retuerce bajo la presión de salarios que suben como la espuma y sindicatos que no aflojan la cuerda. En una reunión de empresarios, líderes sindicales y funcionarios, se evaluó el impacto de estos ajustes salariales en la competitividad de la frontera, justo a tiempo para la renegociación del T-MEC en 2026.
Marcelo Vázquez Tobar, de la Asociación Nacional de la Industria de Ropa, soltó la verdad cruda: los salarios son una presión constante que amenaza la viabilidad de la maquila frente a rivales internacionales. Coparmex, por su parte, insistió en detallar condiciones laborales para armar propuestas sólidas al tratado, mientras los sindicatos –con su músculo en negociaciones– exigen más que migajas para equilibrar la balanza.
Se acordó formar un grupo de trabajo para documentar posturas y enviarlas a la Secretaría de Economía, un documento que delineará prioridades regionales sobre salarios y relaciones laborales. Qué telaraña tan enredada: en Juárez, donde las exportaciones crecieron un 6.5% a EE.UU. y el nearshoring es la palabra de moda, los sindicatos aprietan para que los trabajadores no se queden atrás, pero los empresarios ven en cada alza un clavo en el ataúd de la competitividad.
Porque si los salarios suben sin que la productividad los siga, la maquila –que genera el 52% del empleo local– podría empezar a migrar de nuevo, dejando a la frontera con más promesas que puestos. El grupo de trabajo es un paso, sí, urge que las evaluaciones no queden en papeles; que equilibren el bolsillo del trabajador con el de la empresa, antes de que el T-MEC nos ponga en la mira con multas que nadie quiere pagar.
Y para no terminar en nota tan tensa, un respiro de optimismo en medio del enredo: el anteproyecto del Centro de Convenciones está casi listo, con bosquejos preliminares que podrían presentarse esta misma semana, según Carlos Ortiz, representante del Gobierno del Estado en la frontera. Estos esquemas iniciales permitirán estimar el costo aproximado y la forma de la obra, aunque el proyecto ejecutivo completo –con planos, medidas y elementos técnicos– aún está en pañales.
La gobernadora María Eugenia Campos ha dado su respaldo inquebrantable, confirmando que esta administración aportará recursos para la construcción, un compromiso que ilumina un horizonte de congresos, ferias y eventos que podrían inyectar vida económica a Juárez.
En una ciudad que anhela diversificar más allá de la maquila y los polos de Santa Teresa, este centro podría ser el imán que atraiga inversión, turismo y empleos que no dependan solo de contratos renovados a medias.