El anuncio de Bad Bunny como el artista principal del espectáculo de medio tiempo del Super Bowl LX en 2026 fue recibido con alegría por la comunidad latina, pero desató una ola de críticas y descontento entre los sectores de derecha y los allegados al presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
La polémica contra el cantante puertorriqueño se intensificó debido a que, anteriormente, el “conejo malo” ya había generado controversia al rechazar presentarse en Estados Unidos por temor a que el gobierno de Trump pudiera organizar redadas migratorias en sus shows. Esta vez, la elección de un artista latinoamericano que canta en español para encabezar el evento deportivo más importante de Estados Unidos provocó reacciones negativas inmediatas.
Algunos líderes conservadores usaron sus redes sociales para expresar su furia. Sebastian Gorka, asesor del presidente estadounidense, criticó a la NFL preguntando: “¿Es la @NFL incapaz de leer la situación?”. Gorka acompañó su publicación con un extracto de un podcast que calificaba a Bad Bunny como un “rapero con un catálogo de letras vulgares en español e inglés”. Por su parte, la presentadora de televisión estadounidense Sage Steele calificó a Bad Bunny de “demoniaco”.
El rechazo se debe a que el artista apoya abiertamente los derechos de la comunidad LGBTIQ+ y respaldó a Kamala Harris en la pasada contienda presidencial. Al ser anunciado, Bad Bunny respondió a la controversia con un mensaje enfocado en su identidad: “Por mi gente, mi cultura y nuestra historia”, declaró en un comunicado. El Super Bowl donde actuará se llevará a cabo el 8 de febrero de 2026 en el Levi’s Stadium, en Santa Clara, California.
