🚨 Del rugido al maullido mordelón
Lo que pasó en Villa Ahumada y Sacramento es un retrato grotesco de lo que se ha convertido la Guardia Nacional: un negocio en uniforme. Transportistas denunciaron que elementos de la Guardia nacional no solo levantaron una multa de más de 62 mil pesos, sino que además exigieron aplicar una mordida de 95 mil extras en efectivo para dejar libre un tráiler. En otras palabras: extorsión descarada, con placa y patrulla oficial.
Donde quedaron esos tiempos de la temida Policía Federal de Caminos que podía ser dura, estricta y hasta implacable, pero se les respetaba porque cumplían con la ley. Hoy, la Guardia Nacional parece haber perfeccionado el arte de la mordida y degradado el uniforme a simple disfraz de asaltantes de la carretera.
Lo que antes era símbolo de autoridad ahora es sinónimo de abuso. De la seguridad en carretera pasamos al cobro en carretera. Y lo peor, la corrupción ya no es rumor, se documenta con fotos, números de patrullas y geolocalización.
La diferencia es brutal: antes los traileros temían el rugir de las patrullas de los federales de camino; hoy le temen al maullido mordelón de la guardia nacional.
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Que cada quien cargue con lo suyo
El hermano del diputado Guillermo Ramírez fue detenido en Parral por disparar contra dos abogados. El legislador se deslinda y dice “Creo en las instituciones, y mi investidura está totalmente separada de los hechos”. Y así debe ser: cada quien responde por lo que hace, sin fuero, sin apellido y sin curul que lo cubra.
En Chihuahua tenemos la “maña” de culpar hasta al político que alguna vez se tomó una foto con un delincuente, como si la cámara repartiera culpas, ahora imagínese cuando es el familiar de un político el que delinque, nos relamemos los bigotes buscando a qué pariente más embarrar.
La responsabilidad no se contagia en retratos ni en parentescos: es personal y debe asumirse de frente.
La justicia se aplica por hechos delictivos, no por fotos ni por árbol genealógico
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Claudia, la aprobación que incomoda a la oposición
A un año de llegar a la Presidencia, Claudia Sheinbaum se sostiene con niveles de aprobación que cualquier político envidiaría. La fotografía de hoy no le caerá en gracia a la oposición, porque los números son claros: la presidenta goza de un respaldo ciudadano superior al que registraron otros mandatarios en su primer año de gobierno.
Pero no es un cheque en blanco. La aprobación convive con nubarrones en la economía, la inseguridad y la percepción pública de que los grandes pendientes siguen ahí, sin resolverse a la velocidad que el país demanda. Esa dualidad es lo que incomoda: mientras sus detractores esperan una caída estrepitosa, lo cierto es que la presidenta mantiene un piso político sólido.
En política, los números mandan y la verdad es una: hoy Claudia Sheinbaum tiene algo que la oposición no puede comprar ni fabricar con discursos, el aval de millones que, al menos por ahora, le otorgan un margen de maniobra que se vuelve su mayor capital.
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Se em Chihuahua falarmos português, será por causa da carne
El Gobierno Federal decidió abrir la mesa a la carne de Brasil, dejando a los pequeños ganaderos chihuahuenses en la orilla. Mientras ellos luchan por mantener la sanidad animal y exportar becerros, la Federación les responde con abandono y con importaciones que sólo benefician a los grandes engordadores y empresas que considera coludidas con el régimen de Morena.
El senador Mario Vázquez lo advierte, sin reglas claras y con un campo debilitado, la ganadería local pierde terreno y con ella miles de familias productoras. Pero a la Federación parece no importarle: se apuesta por lo importado antes que por lo hecho y producido en Chihuahua.
Al final, quienes terminaremos pagando el costo seremos todos, y que no le extrañe si al sentarse a comer, acabe hablando portugués… porque la carne que llega a su mesa ya no es de aquí.
