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Heroica ciudad de Chihuahua, Chih. México
10 de octubre 2025

📖La ley Orson | 🤑Los señores de las rejas doradas | 🛩El jet de la austeridad | 🗳 Las encuestas que confunden más de lo que aclaran.

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📖La ley Orson

En tiempos donde todo se politiza, hasta las palabras, el Congreso de Chihuahua hizo algo que parece simple, pero resulta esencial: recordar que el idioma no se deforma por decreto, ni se reescribe por moda.

La reforma que elimina el uso del llamado “lenguaje inclusivo” en las escuelas no es una afrenta a la diversidad, sino una defensa del orden, la claridad y la enseñanza. Porque educar no es improvisar. Y enseñar a hablar bien no es excluir a nadie: es respetar la lengua que nos une.

El español es una construcción viva, sí, pero también tiene cimientos. Y destruirlos en nombre de la “inclusión” no hace el lenguaje más justo, solo más confuso. No se trata de negar la diversidad, sino de entender que el respeto no se enseña con símbolos, sino con valores.
En el aula, lo importante es aprender a pensar, no a tropezar con las palabras.

Paradójicamente, quienes critican la reforma hablan de “represión lingüística”, mientras ignoran que el lenguaje debe servirnos, no al revés. No podemos poner la lengua al servicio de causas políticas, por más nobles que parezcan. El idioma no es campo de batalla, es territorio común.

Enseñar bien el español no excluye a nadie; más bien, abre puertas para que todos se entiendan. Porque al final, el lenguaje existe para que nos sirva, no para que nos sirvamos de él.

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🤑Los señores de las rejas doradas

En Chihuahua, donde las calles siguen llenas de baches y los semáforos parpadean como luces de feria, hay quienes aún creen que viven en una república independiente… llamada “Residencial Leones”.

La noticia de que la filmación de la película Centurión tuvo dificultades porque la Sociedad Inmobiliaria “no autorizó el ingreso del personal” habría pasado desapercibida, si no fuera por el tono del comunicado que publicaron, digno de un virrey dictando ordenanzas desde su hacienda.

“Nos deslindamos de toda autorización…”
“Constituye una falta grave…”
“Puede ser considerado delito…”

Todo redactado como si Netflix hubiera intentado invadir Versalles, y no filmar una producción que, lejos de dañar la imagen del fraccionamiento, podría haberla puesto en el mapa cultural.

Es curioso cómo algunos grupos viven obsesionados con “cuidar su entorno”, pero terminan proyectando justo lo contrario: un aire de superioridad que no protege, sino que aísla. Parecen olvidar que las cámaras de cine no degradan el espacio; lo engrandecen. Pero claro, cuando el ego es más grande que la pantalla, cualquier reflector les parece amenaza.

En el fondo, el comunicado dice más de sus firmantes que de los cineastas. Revela ese pequeño complejo de “señores de las lomas” que tanto abunda: los que presumen exclusividad, pero se exhiben con provincial arrogancia.

Y es que, mientras en otras ciudades se pelean por atraer producciones de Netflix, aquí algunos se pelean por mantener su burbuja intacta.

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🛩El jet de la austeridad

En un país donde un paciente puede morir en la sala de espera del IMSS antes de que alguien le tome la presión, un senador de la autollamada “Cuarta Transformación” decidió recorrer Coahuila en jet privado. Porque, claro, el pueblo no cabe en los aviones comerciales.

Gerardo Fernández Noroña, el mismo que durante años gritó contra los privilegios, los lujos y los excesos del poder, ahora despega en un Socata TBM 850, un avión de negocios que cuesta más por hora que lo que gana un trabajador promedio en tres meses. Y lo hace con la serenidad de quien cree que el problema no es el lujo, sino que lo hayan visto.

“Es un taxi aéreo”, dijo.
Y sí, es un taxi. Pero de esos que no paran en la esquina, sino en el hangar.

La justificación es casi poética: “era por cuestiones de tiempo”. Qué ironía. En un país donde los médicos del IMSS no tienen tiempo ni para dormir, los políticos sí lo compran por hora… a dos mil dólares.
Mientras los hospitales públicos carecen de medicinas, los discursos oficiales siguen llenos de moral revolucionaria con alas de titanio.

Lo más grave no es el viaje; es la actitud. Esa forma tan natural de explicar el privilegio, como si el lujo fuera parte de la lucha. Porque ya no son los fifís los que vuelan alto; ahora son los que juraban venir desde abajo, pero que olvidaron aterrizar.

El senador dice que no se usó dinero público. Quizá. Pero en política, la austeridad no se mide en facturas, sino en coherencia. Y la coherencia, a diferencia del jet, no se puede rentar.

Mientras tanto, millones de mexicanos siguen esperando su turno en el consultorio, en la ventanilla, en la fila… y ahora también, en la pista.

Porque, al parecer, la nueva austeridad no camina: despega.

🗳 Las encuestas que confunden más de lo que aclaran

En teoría, las encuestas deberían servir para tomarle el pulso a la ciudadanía, pero en la práctica se han convertido en un reflejo de intereses, no de realidades. Hoy vemos estudios que colocan a un candidato arriba y mañana otro que lo manda al fondo, como si la voluntad popular cambiara de rumbo cada doce horas. Lo que esto demuestra no es volatilidad política, sino falta de validez y confiabilidad, no están midiendo lo mismo, ni de la misma forma, ni con la misma honestidad, lo único que constante es el maletín y la cuenta bancaria, de donde salen y caen los recursos que pagan a las encuestadoras, que siempre se venden al mejor postor.
Cada casa encuestadora juega con su muestra, su pregunta y su momento, para construir una “verdad” que convenga a alguien. Así, el ciudadano termina más confundido que informado y las encuestas se vuelven parte del espectáculo, no de la ciencia. En lugar de iluminar el camino democrático, muchas terminan oscureciendo la ruta con sus luces de colores verdes, tan verdes como los dólares.

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