Alaska inició uno de sus mayores puentes aéreos para evacuar a cientos de residentes de las aldeas de Kipnuk y Kwigillingok, en el delta Yukón-Kuskokwim, tras una marejada ciclónica récord asociada a los remanentes del tifón Halong. El fenómeno golpeó la costa occidental el domingo, causando la muerte de una mujer y dejando a dos personas desaparecidas.
De acuerdo con reportes oficiales, los niveles de agua superaron los 1.8 metros por encima de la línea de marea más alta, empujando 121 viviendas fuera de sus cimientos y arrastrándolas mar adentro en Kipnuk. En Kwigillingok, la Guardia Costera de Estados Unidos rescató a decenas de personas cuando las casas comenzaron a flotar por la crecida.
La víctima fue identificada como Ella Mae Kashatok, de 67 años. Las autoridades suspendieron la búsqueda de dos hombres, Chester Kashatok y Vernon Pavil, cuya vivienda fue arrastrada por la corriente. En total, al menos 51 personas y dos perros han sido rescatados por la Guardia Nacional de Alaska y la Guardia Costera.
La magnitud del daño es elevada. La pista de aterrizaje de Kipnuk sufrió grietas y postes de electricidad fueron derribados, lo que complica las operaciones de rescate. La mayoría de las comunidades afectadas son de nativos de Alaska o indígenas americanos, y solo pueden recibir ayuda por aire o por agua.
El esfuerzo de evacuación se centra en liberar espacio en los refugios temporales del suroeste del estado, donde se encuentran alrededor de mil 600 personas. Unos 300 evacuados fueron trasladados el miércoles a Anchorage con destino al Alaska Airlines Center.
Los equipos de búsqueda y rescate siguen activos en la zona con el apoyo de aeronaves MH-60 Jayhawk y unidades de superficie. Expertos advierten que la reconstrucción será compleja, ya que la mayor parte de los materiales deberá enviarse por avión o barco. Las autoridades evalúan el impacto en servicios esenciales y priorizan la reubicación de familias vulnerables.
