Lo que brilla son los fraccionamientos nuevos que venden las casas “pensando” en la economía de los ciudadanos y las dan casi regaladas. Solo debes firmar y endeudarte por esta vida… y a veces también por la que sigue.
Lo que huele es que no te avisan que la casa viene en un combo que incluye grietas y deficiencias estructurales, hechas por ingenieros “patito” que demuestran en cada construcción su excelente talento para mentir y engañar.
Lo que apesta es que, al intentar luchar contra ellos, se descubre que actúan como una mafia disfrazada de inmobiliaria, que destruye los sueños de quienes aspiran a tener un patrimonio. Y cuando se busca justicia, la autoridad se lava las manos o simplemente responde que “no le corresponde”. Lo que demuestra una falla no solo en estructuras de las casas si no más bien en nuestro gobierno.



