Promesas que se lleva el viento
La historia se repite con nombres distintos pero con el mismo abuso, financieras de vales que hostigan, amenazan y se aprovechan de la gente trabajadora. Esta vez, el caso de una mujer (que puede ser cualquiera de las que se dedican a los vales) que ha sido intimidada por la empresa Crece Vale vuelve a poner en evidencia un vacío peligroso, no hay autoridad que meta en cintura a estas empresas ni un marco que realmente las vigile.
La denunciante asegura haber pagado su deuda, con comprobantes en mano, pero la financiera de vales insiste en cobrarle montos inflados, llegando hasta los 35 mil pesos, mientras la presionan con llamadas, mensajes y amenazas de acudir a su trabajo. Más grave aún, le colocan avisos en las casas de sus clientes, afectando su reputación y su sustento. Es el rostro más crudo del acoso disfrazado de cobranza.
Hace tiempo, la diputada Rossana Díaz prometió mover cielo, mar y tierra para acabar con estos abusos. Pero hoy, el silencio pesa más que aquellas palabras. Ni el cielo, ni el mar, ni la tierra se movieron. Las promesas quedaron varadas en el discurso, mientras las víctimas siguen solas enfrentando el miedo y la impotencia, y mientras tanto, las financieras de vales siguen operando sin freno, intimidando a quienes menos pueden defenderse, con total impunidad.
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Justicia para el esfuerzo, no botín del fisco
Por fin una propuesta que suena a justicia y no a castigo. La iniciativa del diputado Francisco Sánchez Villegas para eliminar el cobro de impuestos sobre el aguinaldo, las utilidades y las horas extra, representa un respiro, de esos que el trabajador mexicano casi nunca puede darse frente a un sistema que parece más interesado en meter mano al bolsillo que en reconocer el esfuerzo.
Y es que no hay manera más absurda de cerrar el año que viendo cómo el SAT muerde el aguinaldo, esa gratificación que debería servir para pagar deudas, comprar regalos o simplemente llegar con dignidad a enero. Llamarlo “impuesto” es una forma elegante de decir que el gobierno se queda con una tajada del sudor ajeno.
Si esta reforma avanza, sería un acto de justicia fiscal y sentido común; que el aguinaldo llegue íntegro, sin rasguños, sin descuentos disfrazados de obligaciones. Que las utilidades sean realmente útiles y que las horas extra (esas que roban tiempo a la familia) caigan completas. Porque lo justo no es que el trabajador pague más, sino que el esfuerzo se respete.
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Andrea lo jura… por el osito Bimbo🧁🐻
En la política mexicana ya no se jura por la Constitución, por la patria ni por los ideales… ahora se jura “por el osito Bimbo”. Así, con ese nivel de dramatismo azucarado, la senadora Andrea Chávez intenta convencernos de que nunca dijo lo que se filtró en los presuntos audios donde, según una columna de Raymundo Riva Palacio, hablaba mal de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Dice Andrea que defiende a Sheinbaum “hasta con la vida”, que todo es un invento de la oposición y que la mentira es su única arma. Pero el problema no es lo que jure o deje de jurar, el problema es la credibilidad que ella misma ha ido desmoronando, entre protagonismos, campañas anticipadas y pleitos dentro de su propio partido.
Hoy suena más a libreto de telenovela que a discurso político. En lugar de aclarar con hechos, se refugia en lo simbólico, apelando al sentimentalismo del “yo nunca dije eso”. Y mientras tanto, el fuego interno en Morena sigue encendido, con más sospechas que certezas.
