Río de Janeiro amaneció este martes bajo fuego, luego de que helicópteros, blindados y drones de la policía irrumpieran en los complejos de Alemão y Penha, dos de las mayores favelas del norte carioca. La ofensiva contra el Comando Vermelho —una de las organizaciones criminales más poderosas de Brasil— dejó un balance estremecedor: 64 muertos, entre ellos cuatro agentes, y más de 80 detenidos.
La operación comenzó antes del amanecer con bloqueos vehiculares en las autopistas que rodean los complejos. Más de 2,500 agentes participaron en la acción, con helicópteros, drones y 30 vehículos blindados rompiendo barricadas de neumáticos incendiados. Las autoridades incautaron 42 fusiles de alto calibre.
El principal objetivo de la operación era Edgar Alves de Andrade, alias “Doca” o “Urso”, señalado por la Fiscalía como jefe regional del Comando Vermelho. Doca acumula más de un centenar de causas judiciales por homicidio, tráfico de drogas y tortura. El gobernador de Río de Janeiro, Cláudio Castro, calificó la acción de “guerra”.
El Comando Vermelho nació en 1979 en una cárcel de Río de Janeiro y es considerado una de las organizaciones criminales más poderosas de Brasil. La violencia del operativo provocó el cierre de clases en 45 centros educativos y el cambio de itinerario de doce líneas de autobuses, afectando a más de 200 mil personas.
Organizaciones de derechos humanos, como Human Rights Watch, han señalado que las muertes en enfrentamientos oficiales han sido catalogadas como ejecuciones extrajudiciales. En 2024, alrededor de 700 personas murieron en intervenciones de las fuerzas del orden en Río. La operación de este martes sumó 64 más a esa estadística.
