Heroica ciudad de Chihuahua, Chih. México
15 de noviembre 2025

🐎 Julián LeBarón, el hombre que no se cansa | 🚨 Tolerancia cero, la seguridad no se mezcla con las drogas | 🚕 Dijo mi mamá que siempre no… ¿Quién los entiende?

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🐎 Julián LeBarón, el hombre que no se cansa

A Julián LeBarón la vida le cambió para siempre hace casi seis años, cuando la violencia alcanzó a su familia en Bavispe, Sonora. Aquella masacre, que arrebató la vida a mujeres y niños inocentes, marcó un antes y un después en su historia. Desde entonces, no ha dejado de alzar la voz, ni de exigir justicia en un país donde la impunidad ya se volvió costumbre.

Ha visto pasar gobiernos, promesas y discursos que se desvanecen con la misma facilidad con que se pronuncian. Le repiten que hay detenidos, pero él sabe que la justicia no existe mientras no haya sentencias. Le hablan de avances, pero lo único que percibe es el estancamiento de un sistema que se ha vuelto indiferente al dolor.

Su lucha nace de la memoria de los suyos y de la convicción de que México no puede seguir normalizando la violencia. Por eso repite, sin titubeos, que si los gobiernos no hacen su trabajo, deben irse. Porque la justicia no se mendiga, se exige.

Hoy, Julián LeBarón encarna al hombre bronco, al ciudadano que no se rinde ni se acomoda. Habla con la voz de los que ya no están y con la fuerza de quien ha perdido el miedo. Su lucha no es solo por su familia, sino por un país entero que merece justicia, verdad y dignidad.

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🚨 Tolerancia cero, la seguridad no se mezcla con las drogas

La seguridad de una ciudad no puede descansar en manos que actúan bajo el influjo de una droga. Por eso, la prueba antidoping sorpresa aplicada este 30 de octubre a los mil 600 elementos de la Policía Municipal de Chihuahua es una medida firme, necesaria y responsable. No se trata solo de un requisito administrativo para renovar el porte de arma; es un mensaje claro, en la corporación no hay cabida para quien no actúe con plena conciencia y responsabilidad.

El comisario Julio César Salas González dio el ejemplo al ser el primero en someterse a la prueba, demostrando que la autoridad moral también se gana con hechos. Porque portar un uniforme no es solo cargar con una placa o un arma, es representar la confianza de toda una comunidad. Y esa confianza no puede ponerse en riesgo por el consumo de sustancias que alteran el juicio o ponen en peligro la vida de los demás.

La prueba, organizada de manera escalonada para no descuidar las calles, refleja una corporación ordenada, disciplinada y consciente de su deber pero, también deja en claro una línea infranqueable, quien resulte positivo, se va. No hay excepciones, ni justificaciones, ni pretextos.

La DSPM reafirma con esta acción que servir y proteger implica hacerlo con la mente clara, el cuerpo limpio y el compromiso firme. En Chihuahua, la seguridad no admite medias tintas, o se está del lado de la ley, o se está fuera de ella.

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🚕 Dijo mi mamá que siempre no… ¿Quién los entiende?

Pues resulta que dijo mi mamá que siempre no. Cuando parecía que la puerta se abría un poquito para la modernidad y la competencia justa, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) decidió volver a cerrar el candado, las plataformas digitales como Uber o Didis no podrán recoger pasajeros en los aeropuertos del país. Solo los taxis “autorizados”, esos que todos sabemos son pocos y caros, podrán hacerlo.

Y uno se pregunta: ¿quién los entiende? Por un lado, se habla de libre competencia, de servicios eficientes, de movilidad moderna, y por el otro, se protege con celo a unos cuantos concesionarios que llevan décadas operando bajo las mismas reglas, mientras los usuarios se resignan a pagar tarifas elevadas o a caminar hasta fuera del aeropuerto para poder usar una aplicación.

El argumento de la autoridad es “mantener el orden y la seguridad”pero, la verdad es que lo que se mantiene, una vez más, es un privilegio disfrazado de regulación. Porque si algo está claro, es que el sol sale para todos y las calles o los aeropuertos no deberían ser territorio exclusivo de nadie.

La ciudadanía pide pagar un precio justo, elegir el servicio que prefiera y no depender de acuerdos que benefician a unos cuantos. Si la SICT realmente busca orden, que lo haga regulando con justicia, no cerrando las puertas a quienes ofrecen una alternativa segura, moderna y demandada.

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