Luego de los derrumbes e inundaciones registrados en diversas regiones de Hidalgo durante octubre pasado, la Secretaría de Educación Pública estatal (SEPH) confirmó que 16 planteles escolares resultaron con daños irreversibles y fueron catalogados como pérdida total, situación que obligará a su demolición y eventual reconstrucción.
El titular de la SEPH, Natividad Castrejón Valdez, detalló que los planteles afectados se encuentran principalmente en comunidades rurales donde la infraestructura quedó severamente comprometida por deslaves, corrientes de agua y el reblandecimiento del terreno.
Debido a ello, explicó, el Instituto Hidalguense de la Infraestructura Física Educativa (INHIFE) ya trabaja en los trámites ante la aseguradora correspondiente para activar el proceso de reparación integral.
De acuerdo con Castrejón Valdez, para finales de diciembre deberá estar listo un estudio técnico que permita determinar si las escuelas podrán ser reconstruidas en sus ubicaciones originales o si, por cuestiones de riesgo geológico y protección civil, será necesario reubicarlas en zonas más seguras. El funcionario confió en que, una vez resueltos los dictámenes y autorizaciones, el proceso de reconstrucción pueda iniciar a partir de enero de 2026, con la meta de que las nuevas instalaciones estén listas para el ciclo escolar 2026-2027.
Mientras tanto, la SEPH implementó medidas provisionales para garantizar la continuidad académica.
En las comunidades con conectividad a internet se establecieron clases virtuales, aunque Castrejón Valdez reconoció que no todas las zonas cuentan con este servicio. En esos casos, los maestros están evaluando a los estudiantes mediante trabajos escolares entregados de forma presencial o a través de visitas periódicas.
El secretario precisó que la mayoría de los planteles afectados tienen matrícula reducida, característica común en escuelas ubicadas en localidades de difícil acceso. Además, se ha observado un fenómeno de migración temporal entre las familias damnificadas, quienes han optado por trasladarse a municipios cercanos y hospedarse con familiares mientras se estabilizan las condiciones en sus comunidades. Esto ha derivado en la incorporación provisional de varios alumnos a escuelas de esas zonas receptoras.



