
A pesar de haberse retirado unilateralmente de la Organización de Estados Americanos (OEA) hace años, Venezuela sigue siendo un tema recurrente en las discusiones del Consejo Permanente del organismo. Estas discusiones se justifican bajo el argumento de promover la democracia en el hemisferio.
El gobierno de Nicolás Maduro no permitió a la OEA enviar una delegación de observadores para los recientes comicios. Solo un pequeño grupo de expertos extranjeros fue autorizado, incluyendo una misión de las Naciones Unidas y otra del Centro Carter, una institución estadounidense que promueve la democracia.
El Centro Carter declaró que no puede verificar los resultados de las cuestionadas elecciones en Venezuela, señalando la “ausencia de transparencia” del organismo electoral en la difusión de los resultados.
Tras las críticas de Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, República Dominicana, Panamá y Uruguay sobre la falta de transparencia del proceso electoral, el gobierno venezolano ordenó el retorno de todo su personal diplomático en esos países y pidió a estos que hicieran lo mismo con su personal en Venezuela.
Argentina expresó su preocupación por la situación de seis integrantes del equipo de los opositores Machado y González, quienes están asilados en su embajada en Caracas.
Países como Argentina, tienen hasta 72 horas para poder desaolar y retirarse de las sedes diplomáticas.
El apoyo a Nicolás Maduro es pronunciado ante la llegada de miles para ello, en su mayoría empleados públicos, pues corearon y marcharon a favor del presidente con el apoyo y sporte de pancartas e imagenes alusivas al chavismo, destacando “intentos desestabilizadores” atribuidos a la oposición.
Los manifestantes se dirigieron al Palacio de Miraflores, la sede presidencial, donde esperaron al mandatario durante dos horas.


