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domingo 22 de diciembre del 2024.

El Barça se aferra al liderato a costa de Dembélé; evita el empate ante el Atlético

MADRID — El Barcelona respondió a la derrota del Madrid ganando en el Metropolitano para recuperar su condición de líder en solitario, estirar hasta los tres puntos su ventaja sobre el campeón y dejar en la nada a un Atlético que quizá pudo soñar con una igualada milagrosa… Pero que pudo haber encajado, antes de la media hora, una goleada indiscutible.

El Barça es líder y nada más. Nada más porque su juego sigue ofreciendo más dudas que certezas y ausente Lewandowski se aventura un milagro acertar en sus oportunidades. Pero la noticia, al final, es que ganó. Y que manda otra vez en la Liga.

Repite Xavi en la sala de prensa, una, otra y otra vez, que a su equipo le falta contundencia en el área, matar los partidos, y ser eficaz ante la portería contraria… Pero ese mensaje, que ya puede entenderse como una voz de socorro, no parece cuajar en el vestuario del Barça. En el Metropolitano, otra vez, ocurrió lo mismo.

Marcó Dembélé el 0-1 a los 22 minutos… Cuando el marcador en aquel momento podía haber lucido tranquilamente ya un 0-3. Y se llegó con ese 0-1 a la media hora con el Barça fallando otra ocasión clarísima. El Atlético era un flan en defensa (nada que ver con ese solvente equipo que avisó Xavi en la previa) pero el Barça, lejos de machacarle se perdía en errores inverosímiles, convirtiendo cada error, a cual más grosero, de Giménez, en ocasiones perdidas.

Y transcurría el partido en un monólogo abrumador del Barça hasta que, por fin, a la media hora se le encendió la luz a Simeone. Llamó a los suyos a irse arriba, presionar con convencimiento al límite del área de Ter Stegen y el dominio tranquilo, la posesión justa, del equipo azulgrana desapareció.

Sin saber si ir o venir, el final del primer tiempo se le hizo muy largo a un Barça al que salvó Ter Stegen del empate rechazando un disparo de Griezmann y que agradeció el pitido del árbitro.

¿Después? Más de lo mismo. Dembélé seguía haciendo su guerra particular, Ansu no aparecía, Busquets mandaba y De Jong se lo miraba y el Atlético quería pero no podía enfrentado a una defensa rival que rozaba la excelencia, apenas perjudicada por un par de errores del joven Balde.

Hasta que se fueron moviendo los banquillos pareciendo más jugadas de ajedrez que determinaciones. Ansu fuera, De Jong, señalado, también, y el Atlético, hasta que entró Morata, sin saber la manera de ganarle la partida a la defensa culé, que fue manteniendo el tipo ante esa siempre advertida falta de contundencia delante.

Se anuló por fuera de juego, bien, un gol a Ferran Torres, disparó un par de veces sin suerte ni acierto el anárquico Dembélé y entre el no poder empatar de unos y no saber sentenciar de los otros se acabó un partido que, lo principal, sirvió al Barça para recuperar, y ampliar hasta los tres puntos, su liderato en la Liga.

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