Culiacán, Sinaloa, fue escenario de un día marcado por la violencia y la indignación social. Este jueves 23 de enero, cientos de familias, maestros y estudiantes protestaron frente al despacho del gobernador Rubén Rocha Moya, exigiendo justicia por el asesinato de Antonio de Jesús y sus hijos, Gael y Alexander, de 12 y 9 años, respectivamente.
Los manifestantes, vestidos de blanco, marcharon hasta las oficinas del Gobierno estatal, donde algunos rompieron una puerta de cristal. La familia fue atacada a balazos el pasado domingo en la colonia Los Ángeles, presuntamente durante un intento de robo vehicular. Antonio de Jesús murió en el lugar, Gael falleció en el hospital, y Alexander perdió la vida este miércoles. Otro joven, de 17 años, sigue hospitalizado.
Ataques armados y explosivos sacuden la ciudad
La jornada inició con la explosión de un artefacto en el mausoleo de Édgar Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, ubicado en el estacionamiento de una plaza comercial. El ataque destruyó el mausoleo y dañó un vehículo cercano.
Poco después, al sur de Culiacán, una patrulla de la Policía Municipal fue atacada a balazos en la avenida México 68. Dos policías, identificados como Isidro y Jasiel, fallecieron en el lugar, mientras que otros dos uniformados resultaron heridos y fueron trasladados al Hospital General de Culiacán.
Con este atentado, suman siete policías asesinados en la ciudad desde septiembre pasado, en medio de la confrontación entre grupos criminales vinculados a “Los Chapitos” y el hijo de “El Mayo” Zambada.
Crisis de seguridad en Sinaloa
La violencia en Culiacán ha dejado en evidencia la fragilidad de las estrategias de seguridad en el estado. Mientras la población exige justicia por las víctimas y medidas efectivas para proteger a la ciudadanía, los enfrentamientos entre grupos criminales y las agresiones directas contra las fuerzas de seguridad siguen incrementando el clima de tensión en la región.
