El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, desestimó las exigencias de renuncia planteadas durante las manifestaciones por la inseguridad en el estado, asegurando que dichas demandas provienen de un sector reducido y no representan la postura mayoritaria de la población.
Durante una rueda de prensa este lunes, Rocha Moya señaló que las protestas en su contra, surgidas tras el asesinato de los menores Gael y Alexander Sarmiento junto con su padre, Antonio, el pasado 19 de enero, no justifican su dimisión. “¿Soy responsable del tema de la inseguridad? No. Hay muchos gobernadores que les tocó esos enfrentamientos”, declaró el mandatario.
Rocha Moya sostuvo que las manifestaciones, aunque válidas, no reflejan la opinión de los más de 3 millones de habitantes de Sinaloa. Además, enfatizó que un gobernador solo puede ser removido mediante mecanismos como la revocación de mandato o el retiro del fuero por faltas graves. “El pueblo pone y el pueblo quita, pero debe ser a través de los procedimientos establecidos”, indicó.
La presidenta Claudia Sheinbaum también abordó el tema, reafirmando que la presidencia no tiene la facultad de quitar o poner gobernadores. “La labor del gobierno federal es apoyar a las familias de todo el país y construir la paz”, afirmó Sheinbaum, quien prometió dar un informe de seguridad este martes.
El estado enfrenta una ola de violencia desde septiembre de 2024, con más de 600 asesinatos registrados tras el estallido de una pugna interna en el Cártel de Sinaloa. Este conflicto, según Sheinbaum, se originó por la captura de Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López. Pese a los esfuerzos de coordinación entre fuerzas de seguridad, los crímenes de alto impacto, como el asesinato de los Sarmiento, han intensificado el descontento ciudadano.
Rocha Moya insistió en que su gobierno trabaja todos los días para combatir la inseguridad y garantizar la tranquilidad en Sinaloa, rechazando cualquier vínculo con grupos delictivos.
