Chihuahua, Chih.- Cada 4 de febrero se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer con la finalidad de concientizar a la población sobre este problema de salud pública y hacer partícipe a la sociedad para impulsar los tres pilares que componen la estrategia global para la eliminación del cáncer: prevenir, detectar y tratar.
Según la Organización Mundial para la Salud (OMS) se estiman más de 35 millones de nuevos casos de cáncer en 2050 de lo que se creía años atrás, lo que supone un aumento del 77%. Por otro lado, en México, las entidades federativas que registraron las tasas más altas de defunciones por tumores malignos fueron: Ciudad de México, Sonora, Veracruz de Ignacio de la Llave, Colima, Morelos y Chihuahua (Datos obtenidos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)). Siendo los tipos de cáncer más comunes en los hombres el de pulmón, próstata, colon, estomacal y hepático; y entre las mujeres el cáncer de mama, colon, pulmón, cérvico uterino y tiroideo.
Es importante informar a la población sobre la existencia de factores de riesgo que se pueden modificar para llegar a prevenir hasta la tercera parte de los casos de cáncer; entre los principales factores se encuentran el consumo excesivo de tabaco y alcohol, una dieta poco saludable y la inactividad física.
De hecho, la práctica regular de ejercicio físico se encuentra entre las recomendaciones más importantes que brinda la OMS y está demostrado científicamente que ayuda tanto a prevenir procesos cancerígenos como en la recuperación de los pacientes.
El ejercicio físico ayuda a reducir el porcentaje de grasa corporal, disminuye la inflamación, fortalece las funciones del sistema inmune y regula las hormonas sexuales. Todos estos son mecanismos, que al no estar controlados, pueden contribuir a que las células cancerígenas aparezcan.
En el caso de las personas que ya padecen algún tipo de cáncer, es fundamental que el ejercicio físico con fines de salud sea parte de su tratamiento oncológico, ya que ayuda a tener una mayor tolerancia a los tratamientos de quimioterapia y radioterapia, evita la pérdida excesiva de masa muscular y mejora la capacidad funcional de los pacientes, ayudándolos a poder seguir siendo independientes en sus actividades básicas como bañarse, alimentarse y el poder seguir atendiendo y conviviendo con los más pequeños de la casa.
Por último, en la etapa de recuperación, el ejercicio contribuye a regresar más rápidamente a nuestro entorno laboral y social y a disminuir la posibilidad de que el padecimiento regrese.
Así que recuerda: hacer ejercicio es una inversión invaluable para tu salud física y emocional. ¡Luchemos juntos contra el cáncer¡.