H.Cd. de Chihuahua.- Este miércoles entraron en vigor los nuevos aranceles “recíprocos” anunciados por Estados Unidos, que incluyen un recargo adicional del 50% a las importaciones procedentes de China, elevando la carga total a un 104%. La medida también afecta a la Unión Europea, que ahora deberá pagar un 20%, y a más de 50 países que enfrentan gravámenes de hasta el 50%.
La decisión forma parte de una ofensiva comercial del presidente Donald Trump, quien calificó el pasado 2 de abril como el “día de la liberación” y anunció aranceles generalizados del 10% para todos los socios comerciales, que entraron en vigor el sábado anterior. Los nuevos impuestos se aplican a países con altos superávits e importaciones hacia EE.UU.
Entre los más afectados se encuentran varias economías asiáticas que dependen fuertemente de sus exportaciones: Vietnam enfrentará un 46% de aranceles, Taiwán 32%, India 27%, Corea del Sur 25% y Japón 24%. Pese a ello, muchas de estas naciones ya han mostrado disposición para entablar negociaciones con Washington.
Por su parte, Canadá también respondió con medidas. A la par de la entrada en vigor de estos aranceles, el gobierno canadiense impuso un gravamen del 25% a ciertos automóviles fabricados en Estados Unidos, en represalia por la misma tasa aplicada por Trump desde el 3 de abril. El conflicto surge por el incumplimiento de algunos modelos con las reglas del T-MEC, que exigen un 75% de contenido fabricado en Norteamérica.
Marcas como VW, BMW y Subaru, con plantas en EE.UU., podrían verse afectadas por no cumplir ese requisito, lo que genera tensiones incluso entre socios del tratado de libre comercio.
En cuanto a China, la escalada comercial ha sido especialmente agresiva. Tras los primeros aranceles del 34% impuestos por Washington, Pekín respondió con el mismo porcentaje. La Casa Blanca reaccionó anunciando un 50% adicional, que ahora se aplica sobre una base ya incrementada. A esto se suman otras tarifas del 10% impuestas previamente en febrero y marzo, lo que eleva el total a un 104%.
Desde Washington, Trump afirmó que China “quiere desesperadamente un acuerdo”, pero que “no sabe cómo empezar” a negociar. Mientras tanto, los mercados internacionales observan con nerviosismo esta nueva fase de tensiones entre las dos principales economías del mundo.