En el marco de las muestras de duelo por la muerte del papa Francisco, Ana Aracama, una joven argentina de 22 años, integrante de la comunidad LGBT, expresó su agradecimiento al pontífice, a quien reconoció por haberle permitido “ser hija de Dios y no una pecadora que se iba al infierno por haber nacido distinta”.
Desde la Basílica de Flores, barrio natal de Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires, miles de argentinos rindieron tributo al primer papa latinoamericano, fallecido la madrugada de este lunes en Roma a los 88 años tras sufrir un ictus. Durante toda la jornada, las iglesias de la capital se mantuvieron abiertas para recibir a fieles que participaron en misas y actos de homenaje.
Aracama relató que se alejó de la Iglesia durante su adolescencia por las dificultades de vivir su fe siendo parte de la diversidad sexual, pero destacó que el mensaje de inclusión promovido por Francisco le permitió reconciliarse con su espiritualidad.
El arzobispo Jorge García Cuerva, en su homilía en la Basílica de Flores, resaltó que uno de los principales legados de Francisco fue su apertura a poner sobre la mesa los temas que preocupaban al mundo, como la exclusión social, la ecología, la violencia y la necesidad de una reforma interna en la Iglesia.
Argentina decretó siete días de duelo nacional en honor a Francisco. El presidente Javier Milei, quien había tenido diferencias públicas con el pontífice, le rindió homenaje, al igual que figuras como Lionel Messi y clubes de fútbol como San Lorenzo, institución de la cual Bergoglio era seguidor.
El papa Francisco, primer jesuita en llegar al papado, marcó un pontificado de doce años centrado en los sectores más vulnerables y en la búsqueda de una Iglesia más abierta y cercana a las realidades sociales contemporáneas.