Luego de que se diera a conocer la disputa armada que existe entre dos organizaciones criminales en el corredor de Aldama a Ojinaga, a la fecha, la Fiscalía General del Estado, cuenta con un saldo de por lo menos 21 personas que han sido privadas de la vida en diferentes circunstancias dentro de esta disputa.
El ultimo de los hechos se registró el día de hoy por la madrugada, tras el hallazgo del cuerpo de un hombre con múltiples impactos de bala en la entrada de Ciudad Aldama, donde autoridades de los tres niveles de gobierno desplegaron un amplio operativo de seguridad en la zona. El crimen, presuntamente cometido por un grupo armado que se movilizaba en al menos siete vehículos, fue reportado la madrugada de este miércoles alrededor de las 02:00 horas.
Aunado a este asesinato, la Fiscalía General del Estado, registró el bloqueo de la carretera minutos después del homicidio, donde atravesaron un tráiler en la carretera que conduce a Ojinaga y además asaltaron un camión de pasajeros que pasaba por esa carretera.
A este incidente que se registró el miércoles por la madrugada, se desprende una disputa que se inició desde la captura en 2023 de Sergio M. P., alias “El Menchaca”, uno de los principales operadores del Nuevo Cártel de Juárez en esa zona del estado, donde la organización criminal ha inició en una crisis interna que ha dejado una violencia en la región del estado.
Según información de la Fiscalía General del Estado (FGE), al menos 21 personas han sido asesinadas, 16 detenidas y varios vehículos asegurados o incendiados como parte de una disputa territorial entre dos facciones que buscan el control del corredor que se extiende desde Aldama hasta Ojinaga. Esta pugna se ha intensificado desde que “El Menchaca”, buscado desde 2018 por autoridades mexicanas, se entregó en agosto de 2023 a las autoridades estadounidenses en Texas.
El pasado 12 de abril, otro incidente de esta confrontación, fue registrada con la localizado el cuerpo de un hombre ejecutado junto a las letras de bienvenida del municipio de Aldama. El cadáver, cubierto con una lona, estaba acompañado por un mensaje que hacía alusión directa a esta disputa que, de acuerdo con las autoridades, se remonta a septiembre de 2024, cuando estalló abiertamente el conflicto tras el vacío de poder dejado por la detención del líder criminal. El Menchaca, originario de Las Nieves, Durango, había operado por más de 15 años en Chihuahua, consolidándose como figura del narcotráfico tras el arresto de Víctor Manuel C. O., otro cabecilla de la organización.
Con su salida del escenario criminal, el grupo se fragmentó. De acuerdo con informes de la FGE, un exaliado identificado como Roberto G. H., alias “El 04”, traicionó al grupo criminal, para formar su propia célula y que su presunto objetivo era apoderarse del corredor Aldama-Ojinaga, una franja estratégica para el trasiego de drogas por su cercanía con la frontera.
Roberto, según testimonios de detenidos y demás evidencia obtenida por los investigadores, buscó el respaldo de “Los Cabrera”, una organización criminal con base en Durango y con nexos directos con el Cártel de Sinaloa.
Según la propia corporación “El 04”, antes aliado del Nuevo Cártel de Juárez, negoció con una facción enemiga para obtener personal armado, recursos económicos y armamento. A cambio, ofreció a Los Cabrera un supuesto acceso a una zona clave para el trasiego de droga hacia Estados Unidos. Este pacto provocó una escalada de violencia que ha dejado no solo muertos y detenidos, sino también el hallazgo de vehículos blindados y unidades calcinadas, evidencias del poder de fuego y del nivel de confrontación entre ambos bandos.
De acuerdo a los archivos periodísticos, los Cabrera, grupo fundado hace más de dos décadas por Felipe Cabrera Sarabia, alias “El Ingeniero”, y respaldado en sus inicios por Ismael “El Mayo” Zambada, actualmente es liderado por José Luis y Alejandro Cabrera.
Con fuerte presencia en Durango y Sonora, esta célula ha sido pieza operativa del Cártel de Sinaloa, y su incursión en Chihuahua representa un nuevo capítulo en la lucha por el control de las rutas de trasiego en el norte del país. La disputa interna en el Nuevo Cártel de Juárez ha abierto la puerta para que organizaciones externas intervengan, alimentando una espiral de violencia con efectos colaterales en la seguridad regional.
