Acompañados por los ecos de su cultura y el luto compartido, decenas de rarámuris caminaron en silencio por los senderos de la sierra para dar el último adiós a 12 miembros de su comunidad que perdieron la vida en un trágico accidente vial el pasado martes.
La carretera Guachochi-Yoquivo fue el escenario de la tragedia que dejó, entre los fallecidos, a un bebé y varios niños, sumiendo a la región en un profundo dolor.Los cuerpos fueron despedidos en una ceremonia cargada de simbolismo, fe y resistencia cultural.
Hasta un punto accesible por camino vehicular, la Secretaría de Comunidades y Pueblos Indígenas trasladó los féretros, desde donde la comunidad rarámuri de Somarachi emprendió una caminata de casi una hora, llevando los ataúdes a pie entre los riscos y barrancas de la sierra, reafirmando así su apego a las tradiciones ancestrales.
Los ataúdes fueron elaborados de acuerdo con sus costumbres, y fueron cargados por los mismos familiares, hombres y mujeres que, a pesar del luto, mostraron el carácter comunitario que los une incluso en los momentos más oscuros.La ceremonia religiosa fue encabezada por el padre Antonio García, Vicario de la Catedral de Guachochi, quien recorrió más de dos horas para llegar hasta Somarachi y acompañar a los dolientes.
Durante las exequias, el sacerdote elevó oraciones por los difuntos y expresó:“Con profundo pesar y con la esperanza en el Señor Resucitado, al que muchas veces le danzaron nuestros hermanos en Somarachi, les despedimos y rogamos al dueño de la vida les reciba en su presencia.
Rogamos por la paz y el consuelo en los corazones de sus familiares y de toda la comunidad”.Como parte del rito, el padre García esparció agua bendita hacia los cuatro puntos cardinales, un gesto que simboliza la entrega de los espíritus a la tierra, el cielo y los elementos.
El ritual fue acompañado por el silencio profundo de los presentes, roto solo por algunos lamentos y el sonido del viento entre los pinos.
Para los rarámuris, el funeral va más allá de un acto religioso: es una manifestación de identidad, comunión y resistencia cultural. María Luisa Bustillos, Directora de Asuntos Indígenas del Gobierno Municipal, quien estuvo presente en el acto, destacó el compromiso de la comunidad con sus valores:“El camino vehicular solo llega hasta Apachoachi, y Somarachi está aún más adentro. A pesar del dolor, ellos decidieron cargar a sus muertos a pie, como siempre lo han hecho.
Es una forma de mostrar que sus raíces siguen firmes”.Durante la ceremonia, el padre también hizo un llamado a la responsabilidad vial, recordando que tragedias como esta podrían evitarse si se condujera con mayor precaución:“A quienes alguna vez estén al frente del volante, les pido: conduzcan con cuidado y prudencia. Señor San José, intercede por todos quienes se encuentran en las carreteras por placer o por necesidad”.
El trágico percance ocurrió el martes 22 de abril, alrededor de las 18:00 horas, en el kilómetro 27 de la carretera Guachochi-Yoquivo, dentro del municipio de Batopilas.
Una camioneta que transportaba a los rarámuris fue impactada por otro vehículo que, según versiones preliminares, invadió su carril.
El conductor responsable huyó del lugar, dejando atrás la devastación y una comunidad rota por la pérdida. Hasta el momento, las autoridades no han confirmado su identidad ni han reportado avances en la investigación.