Autoridades estadounidenses realizaron una redada en un club nocturno clandestino en Colorado Springs, donde la DEA detuvo a más de 100 extranjeros en situación irregular como parte de la política de mano dura impulsada por el presidente Donald Trump. Según la fiscal general Pam Bondi, el lugar era frecuentado por integrantes de las bandas Tren de Aragua y MS-13, ahora clasificadas como organizaciones terroristas.
Durante el operativo, agentes armados irrumpieron en el establecimiento, incautando drogas y armas. La DEA confirmó además la presencia de varios miembros del ejército estadounidense, quienes se encontraban como clientes o trabajando como seguridad.
Donald Trump celebró la redada en su red Truth Social, calificándola como una acción contra “algunas de las peores personas que se encuentran ilegalmente” en el país. También arremetió contra jueces que han bloqueado deportaciones, asegurando que convierten a EE.UU. en un “caos plagado de delincuencia”.
El operativo desató críticas de organizaciones de derechos humanos, que denunciaron deportaciones exprés, incluso de niños estadounidenses. Entre los casos polémicos destaca el de Kilmar Abrego García, deportado a El Salvador pese a contar con protección especial, en un error que la Corte Suprema ordenó corregir.
