H. Cd de Chihuahua.- Lo que se vivió este domingo en la cancha de Concordia fue más que un simple partido. Fue un retrato fiel del amor al deporte de barrio, del compañerismo que se forma en décadas de fútbol y del respeto mutuo en una rivalidad bien plantada.





El equipo MRI, con más de 20 años en la Liga San Felipe, luchó hasta el último segundo ante Charros Sección 62, quienes avanzaron a la final tras vencerlos en penales por 5 a 4, luego de empatar 1-1 en el tiempo reglamentario.






El gol del honor para MRI lo marcó Pablo Pacheco, símbolo del equipo y parte de sus raíces fundadoras.
En las gradas, familias enteras aplaudieron el esfuerzo de ambos bandos, con niños jugando al borde de la cancha y veteranos recordando glorias pasadas.
Aunque el marcador no favoreció a MRI, su entrega quedó tatuada en el campo, confirmando que en la Liga San Felipe no solo se juega fútbol: se respira comunidad.