En el cruce internacional de las AmĂ©ricas, o puente libre, nos dimos cuenta que hay ciudadanos que cruzan la frontera y terminan queriendo burlarse de la autoridad mexicana. Esta semana, una mujer en un vehĂculo intentĂł atropellar a un agente de Tránsito en Ciudad Juárez. ÂżLa razĂłn? No la conocemos, pero la falta de respeto sĂ la reconocemos perfectamente. Lo hizo sin miedo, con descaro, bajo la mirada impasible de muchos. Lo insĂłlito fue que un ciudadano juarense para apoyar a la agente de tránsito, la enfrentĂł y le navajeĂł las llantas al vehĂculo para que dejara de avanzar.
Justicia a mano propia en tiempos de ausencia institucional. Aunque aplaudir linchamientos no es lo ideal, hay algo profundamente revelador en ese acto: los ciudadanos ya no esperan nada de las autoridades… y eso deberĂa alarmar a todos.
El video se hizo viral, pero la pregunta queda: Âżpor quĂ© algunos estadounidenses creen que la lĂnea fronteriza es tambiĂ©n una barrera de civismo? No es aislamiento, es prepotencia disfrazada de desconocimiento. Juárez merece respeto, aunque algunos visitantes confundan “libre comercio” con “libertinaje transfronterizo”.
Hablando de autoridades —o de lo que queda de ellas— CĂ©sar Duarte asoma de nuevo la cabeza. El exgobernador de Chihuahua, actualmente enfrentando procesos por corrupciĂłn, no descarta regresar a la polĂtica. Porque aquĂ, en este paĂs sin memoria, los exgobernadores procesados no se jubilan ni se avergĂĽenzan: solo hacen una pausa. Duarte es parte de esa Ă©lite que cree que la polĂtica es una propiedad privada, un derecho hereditario, una trinchera de impunidad. Que alguien lo diga sin ruborizarse, que lo considere viable, que incluso lo plantee en voz alta, es el sĂntoma perfecto del cinismo que lo corroe todo. ÂżDĂłnde quedĂł la Ă©tica pĂşblica? Sepultada bajo una montaña de expedientes sin consecuencias.
El exgobernador podrĂa volver a la polĂtica, como si Chihuahua no hubiera sufrido suficiente con su legado de corrupciĂłn y desvĂos. ÂżEn quĂ© universo un proceso penal pendiente es currĂculum para un comeback? Esto no es resiliencia polĂtica: es la prueba viviente de que la impunidad en MĂ©xico tiene nombre, apellido y hasta aspiraciones. El mensaje es claro: robar bien significa volver pronto.
Y mientras los polĂticos resucitan y los ciudadanos navajean llantas, en Chihuahua sigue sin haber agua. La Junta Central de Agua y Saneamiento reconociĂł que la combinaciĂłn de fallas elĂ©ctricas con la sequĂa está dejando sin abasto a miles. Pero no se trata solo de la naturaleza ni de CFE: se trata de años sin inversiĂłn, de redes deterioradas, de incapacidad tĂ©cnica y ceguera gubernamental. Ya no es solo que falte agua: falta rumbo. Y eso sĂ que no lo arregla ni la lluvia.
Mientras los polĂticos discuten teorĂas, los ciudadanos almacenan agua en cubetas como si el siglo XXI nunca hubiera llegado. ÂżDĂłnde están los proyectos de infraestructura? Ah, sĂ: en los discursos.
EPĂŤLOGO: EL PAĂŤS DEL “YA CASI”
Fronteras irrespetuosas, polĂticos reciclados y sed crĂłnica. MĂ©xico no avanza: da vueltas en el mismo pantano de negligencia. Y mientras tanto, la gente sigue resolviendo con cubetas, navajas y paciencia lo que el sistema no soluciona.
Ciudad Juárez —y todo Chihuahua— no está sediento solo de agua. Está sediento de respeto, de justicia y de un gobierno que deje de parecer chiste.


